Si le Aprietas, se Rompe

Todo a su Tiempo

Todo a su Tiempo. Las plantas no crecen jalándolas. La vida opera de igual manera. Hay situaciones que simplemente no encajan, quizás por no ser el momento adecuado o porque no son el camino correcto.

Permitir que las cosas avancen a su propio ritmo es la mejor forma de evitar el estrés de querer controlarlo todo.

«Hay un límite para todo», decía una anciana mientras preparaba tortillas. “Cada paso cuenta. Si ejerces demasiada o poca presión, el resultado no será el mismo». La vida, como las tortillas, requiere equilibrio. No siempre entendemos lo que nos sucede, pero siempre podemos aprender de ello.

Conozco a alguien que recurrió a múltiples métodos esotéricos para ganarse el corazón de una mujer. Siempre intentando manipular el destino y obteniendo resultados insatisfactorios.

Ante eventos sorpresivos, es mejor introspeccionar y aprender en lugar de cuestionar el porqué. Esto no implica quedarnos inactivos, sino actuar de manera estratégica y adaptativa, sin obsesionarnos con resultados exactos.

La persistencia adaptativa es clave. Como el caso de un amigo que, tras varios intentos fallidos con una pizzería, encontró su éxito con un negocio de comida china. Aunque el camino cambió, su objetivo permaneció.

Cada pequeño evento tiene un propósito. Si forzamos el rumbo, puede desmoronarse. Es elección nuestra permitir que las cosas se desenvuelvan naturalmente, sin presionar de más ni de menos, permitiendo que la vida nos guíe.