Virus que Matan

El Virus de la Negatividad

El Virus de la Negatividad. Es curioso cómo algunas personas pueden perdonar actos graves, pero les resulta intolerable ver a otros tener más éxito o felicidad que ellas. Frases como: “¿Por qué siempre está sonriendo?”, “Apostaría que Pedro no hizo su fortuna honestamente”, o “Seguro regresa a su peso en poco tiempo”, son comunes y reflejan una mentalidad envidiosa y crítica.

El famoso escritor Khalil Gibran ya lo mencionaba: «El silencio de los envidiosos está lleno de ruidos». Y, en efecto, encontramos personas que buscan insaciablemente errores en los demás. Conocemos jefes que se sienten amenazados por empleados competentes, amigos que hablan mal de ti sin conocerte a profundidad, y personas que, escondiéndose tras el anonimato, critican con saña en plataformas en línea.

El 2009 se predijo como un año desafiante. Además de crisis económicas y problemas globales, algunos auguraban un periodo donde las personas revelarían sus verdaderas caras, actuando por interés y traicionando confianzas. Se predijo un tiempo de depresión, infidelidades, y actos impulsados por el egoísmo.

Es doloroso observar cómo, en tiempos difíciles, algunos eligen desgarrarse entre sí en lugar de colaborar. Pero es crucial entender que estos comportamientos negativos, como la crítica destructiva y la envidia, son virus más perjudiciales que muchos físicos, ya que pueden devastar el espíritu y consumir el alma. Una persona llena de negatividad y rencor puede ser un impedimento para el progreso colectivo.

Es esencial discernir y mantener distancia de las personas tóxicas, sin dejarnos arrastrar por su negatividad. Las personas negativas no necesariamente son malas; muchas veces, son el resultado de experiencias dolorosas o falta de amor. Sin embargo, es vital para nuestro bienestar no permitirles influir en nuestras vidas.

Los comentarios venenosos y la crítica sin fundamento son reflejos de lo que las personas llevan en su interior. Si nos rodeamos de amor y positividad, es eso lo que reflejaremos. No podemos controlar lo que los demás dicen, pero sí cómo reaccionamos ante ello. La próxima vez que enfrentemos críticas o comentarios dañinos, recordemos que podemos protegernos eligiendo sabiamente a quienes permitimos en nuestras vidas.