¿Por qué a mí?

¿Por qué me sucede esto?

¿Por qué me sucede esto a mí? ¿Te has preguntado alguna vez por qué enfrentas dificultades mientras otros, quienes tal vez no actúen de la mejor manera, parecen tenerlo fácil? Todos pasamos por momentos difíciles y nos encontramos buscando respuestas, a veces deseando que alguien con una visión mística nos explique el porqué de nuestras circunstancias.

Es fácil cuestionarnos, compararnos con otros y preguntarnos por qué no les pasa a personas que parecen menos merecedoras. Pero, ¿qué ganamos con estas comparaciones?

Un libro que cambió mi perspectiva es «¿Por qué a mí?» de Víctor Hugo Rascón Banda. Esta obra me enseñó que la verdadera batalla no es entender por qué nos ocurren ciertas cosas, sino cómo reaccionamos y qué hacemos al respecto. La soberbia humana a menudo nos hace sentir invulnerables, pero la realidad es que todos somos susceptibles a los altibajos de la vida.

Soy un firme creyente en que recibimos lo que damos al universo. Las decisiones que tomamos moldean nuestra realidad. Sin embargo, hay un poder superior que orquesta experiencias desafiantes para nuestro aprendizaje y crecimiento. En los momentos más oscuros, no estamos solos.

Si escucháramos las señales del universo y confiáramos en el proceso, encontraríamos más paz y propósito en nuestras vidas. Cada experiencia es una lección en nuestra historia personal.

Evita la trampa de la comparación y la autocompasión. En lugar de preguntarte por qué algo te sucede, busca el propósito detrás de cada experiencia. En vez de enfocarte en el problema, busca la lección.

La vida no se trata de evitar problemas; siempre habrá desafíos. En lugar de preocuparte, busca aprender y crecer a partir de ellos. En lugar de preguntarte «¿Por qué a mí?», reflexiona sobre «¿Para qué estoy viviendo esto?».

Cuando te haces la pregunta correcta, las respuestas y la paz interior vendrán naturalmente. La verdadera sabiduría radica en buscar lecciones en lugar de justificaciones.