El poder de la moderación

El poder de la moderación

En este post hablaremos de: El poder de la moderación. El término moderación presenta dos usos muy difundidos y que son muy validos:

Por un lado, moderación puede representar el ajuste o disminución de alguna acción que está resultando excesiva. Por ejemplo: “Luego de haber tenido varios problemas en su matrimonio. Alberto tiene más moderación al beber”. «María hizo una moderación en sus gastos ya que notó que no le alcanzaba el sueldo».

Por otro lado, la moderación es también considerada una virtud que es equivalente a la prudencia, la mesura y en cierta forma emparentada con la humildad.

El opuesto de la moderación el exceso

En los llamados siete pecados capitales el denominador común es el exceso:

Gula

Exceso de comida, placeres y satisfacciones inmediatas

Vanidad

Exceso de admiración por si mismo y ser reconocido

Lujuria

Exceso de actividades y cosas que estimulan o excitan los sentidos en forma desmesurada

Rabia

Exceso de enojo que se experimenta por otras personas, animales o cosas, exceso de resentimiento.

Codicia

Exceso de deseo de poseer cosas materiales

Pereza

Exceso de deseo de no hacer nada o de hacer muy poco.

Envidia

Exceso de deseo de poseer lo que otro tiene

Se podría decir que la moderación es la templanza en el comportamiento de una persona que constantemente buscará escaparle al exceso para ir en búsqueda del equilibrio. Esto representa una gran virtud que nos sin duda no ayudará a meternos en menos problemas y nos traerá más tranquilidad y felicidad.

La moderación como virtud y porque no también como valor social es un tema que viene siendo estudiada desde hace mucho tiempo y también ha estado presente en la sociedad. Porque básicamente la moderación es uno de los valores o virtudes más importante para los seres humanos ya que trae consigo una vida más grata y tranquila. Al contrario, si el individuo es guiado por el por el exceso, de ninguna manera podrá encontrar el equilibrio y la tranquilidad.

El tema de la moderación, incluso, ha estado presente desde tiempos inmemoriales en la literatura clásica con el objetivo de difundir la misma como la forma más recomendable para vivir. El autor que la tocó de manera admirable fue Benjamín Franklin. En su autobiografía.

Se llama moderado a aquella persona que se caracterice por la prudencia, por la moderación en su obrar. Se podría decir que la moderación es la medicina perfecta para controlar las pasiones capitales.

Desde el punto de vista de la humildad la moderación nos debe llevar al perdón de toda ofensa, ya que tener un resentimiento mucho tiempo nos lleva por el camino del orgullo y la soberbia, lo que no nos permite concentrarnos en otras cosas más importantes para nuestras vidas.

No existe nada que atrase más tu evolución y tu propósito que el no estar dispuesto a perdonar, que elijas no dejar ir la historia sobre un hecho grande o pequeño cometido en contra tuya. Siempre menciono en mis conferencias a manera de broma que no existen personas “Histericas” si no personas “Historicas”. Estas personas pierden una vida entera conservando el rencor por alguien que actuó contra ellas, negándose el gozo de vivir plenamente y culpando a esa persona por décadas, pero el verdadero perdón es entender que nada ni nadie puede dañarte, a menos que tú mismo lo permitas. La persona que te hizo el daño tiene su propia vida y en algunos casos ni siquiera lo recuerda, si tu sigue manteniendo ese rencor lo más seguro es que llegues a enfermarte somatizando ese rencor.

El dolor es la interpretación y el valor que le das a la acción errada, el sufrimiento es no dejar ir la historia. Perdonar no es olvidar, ni justificar una acción en tu contra, pero sí es dejar ir tu apego a ese dolor, a querer tener la razón, a exigir justicia y a identificarte constantemente con esa historia: “Esa persona desgració mi vida.” ¡NO! Tú has decidido desgraciar tu vida, recordando esa acción y repitiéndola en tu mente una y otra vez, manteniendo esa persona encadenada a ti por medio de eslabones de dolor y veneno, lo cual solo conseguirá enfermarte.

Oscar Wilde decía:

“Perdona siempre a tu enemigo, no hay nada que lo enfurezca más”

Aunque el señor Wilde era irónico esto representa que debes olvidar y centrarte en el presente.

El gran maestro Jesús dijo:

“Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen”  

En realidad nos está diciendo: “Sanate tu mismo a través del perdón”.

Como hemos visto, evitar los excesos nos dará una vida más serena, feliz y sobre todo prospera, ya que nos mantendremos serenos para cumplir con nuestros objetivos. Este es el poder que nos da la moderación como virtud

“Evita los extremos. No guardes resentimientos tanto tiempo como puedas creer que lo merecen”

Benjamín Franklin.