Solidaridad en las empresas productivas

Solidaridad en las empresas productivas

En este post hablaremos de la Solidaridad en las empresas productivas. La solidaridad es una virtud transformadora de la sociedad. Pues bien; ella es también fundamental para la elevación de la productividad de cada empresa; cosa tan necesaria en estos tiempos. Aqui enfocaremos nuestro tema, la Solidaridad en las empresas productivas .

Una errada mentalidad lleva a pensar que la virtud de la solidaridad y la economía son contrarias; o usted hace negocios o usted ayuda a los demás con espíritu de solidaridad en algún rincón del alma, que de vez en cuando inspira gestos de limosna que le permitan sentirse bueno.

 

Solidaridad en las empresas productivas

En lo demás empresario; para que usted gane otro tiene que perder;  puesto que los otros son para usted; simplemente un gasto. El primer gasto son los 200 trabajadores que tiene su empresa. Usted gana mas si ellos ganan menos. Visto desde el otro lado, los trabajadores pensaran que ganaran menos si les explota menos. Mentalidad que tiene su razón de ser; pero que es anticuada y perjudicial para construir el futuro.

Por desgracia ; sigue operando en uno y otros, y hace perder de vista que la empresa es; en primer lugar, unidad productiva donde cientos de personas deben poner su talento y capacidad de trabajo para lograr un objetivo en común; la productividad de bienes y servicios de verdadera calidad que sean latamente apreciados por el publico al cual van destinados.

La empresa como grupo solidario

Si el producto es malo no se vende. Si la empresa se hunde se hunden todos; patronos y trabajadores. Esto es particularmente cierto a fines del siglo XX en una economía en la que el problema mas serio no es producir; sino vender lo producido en un mundo de innovación y de avances de calidad continuos, cuando hoy se habla tanto de calidad total; se trata de asumir una actitud nueva.

Todos los integrantes de una empresa están interesados y motivados para hacer lo mejor para el éxito de ella; de lo contrario será barrida del mercado, para el logro de esto es fundamental que hagan suyo el interés del comprador.

Si ese es su objetivo colectivo y personal; cada uno y todos los trabajadores desarrollaran lo mejor de su talento para producir calidad. De manera que gerentes y obreros están en el mismo bando; como en la guerra, a cada soldado le interesa que triunfe el batallón al que pertenece y que tenga éxito la estrategia general que dirige el frente. Se salvan todos o son derrotados; no hay lugar para el triunfo individual con la derrota del batallón de pertenencia. Como el deporte; el equipo gana. De ahí que se ponga tanto énfasis en el entrenamiento del conjunto y se gaste tanto en la optima preparación militar de la tropa.

Si el éxito de la empresa es su objetivo colectivo y también personal de cada uno de los siguientes, todos desarrollaran lo mejor de su talento para producir calidad. Naturalmente, esto significa elevar el sentido de solidaridad con la empresa y de esta con sus integrantes. Es importante descubrir que, en el actual estadio de la economía, el secreto del éxito de una empresa con futuro promisor no esta en tener mano de obra barata, de bajo nivel de formación, sino en elevar la productividad por creciente nivel educativo y en desarrollar el talento de los trabajadores y su empeño en mejorar la calidad. Para cada trabajador mejorar la calidad del producto tiene que ser convertible en mejorar la calidad de su vida y la de los suyos. Así, el y su mejoramiento es importante para la empresa y la empresa lo es para el.

Kapru Ishikawa; autoridad en la filosofía de calidad total; dice “Si no se tiene una perspectiva a largo plazo;  las actividades inmediatas y los costos se convierten en la preocupación numero uno. Los gerentes de las grandes industrias japonesas están relativamente libres de esa inquietud y pueden dedicarse a sus responsabilidades para con sus empleados y sus familias, el consumidor y la nación en general. Mientras tanto; los gerentes capitalistas; del antiguo estilo en el occidente; solo demuestran interés por si mismo y por sus propias familias”

Nos salvamos o nos hundimos todos

Una reciente publicación del Decano de la Sloan Business School de MIT, profesor de economía Lester Thurow que significativamente lleva el nombre Head to Head (La guerra del siglo XXI), esta dedicada a estudiar la creciente batalla económica entre Estados Unidos de América, Japón y Europa, encabezado por Alemania. Siguiendo una apreciación ya sugerida por George C. Lodge de la Universidad de Harvard, Thurow distingue entre el capitalismo individual anglosajón y el mas comunitario alemán y japonés; dice “La diferencia esencial entre las dos formas de capitalismo es la importancia que asigna a los valores comunitarios versus los individualistas, como camino para llegar al éxito económico.

Explica: En la variante anglosajona del capitalismo, se supone que el individuo tiene una estrategia personal para alcanzar el éxito, y que la firma empresaria tiene una estrategia económica que es un reflejo de los deseos de sus accionistas individuales; de ahí la tendencia a rebajar los salarios siempre que se pueda: A salarios mas bajos, ganancias mas elevadas.

Capitalismo comunitario

En el capitalismo comunitario también existe estrategias individuales y empresariales, pero se les desarrolla sobre bases completamente distintas,; el individuo no actúa como individuo. Uno se incorpora a un equipo y tiene éxito como parte de ese equipo de la compañía. La decisión fundamental en la estrategia personal del individuo es la incorporación al equipo adecuado. A partir de ese momento, el éxito o el fracaso personal estará estrechamente relacionado con el éxito o fracaso de la empresa para la cual el individuo trabaja; la empresa comunitaria tiene un conjunto muy distinto de interesados a quienes debe consultarse cuando se define las estrategias.

En la empresas japonesas se entiende que los empleados son el principal interesado; los clientes, el interesado numero dos y los accionistas ocupan un distante tercer lugar. Como el empleado es el principal interesado, los salarios mas altos de los empleados son una ,meta fundamental de la firma japonesa. Se sacrificaran los beneficios para mantener los salarios y el nivel de ocupación. Los dividendos pagados a los accionistas son bajos.

Todo este énfasis en el tratamiento solidario del trabajador y en su manera de incorporarse al equipo que forma la empresa; identificándose con los triunfos de esta; no es un sermón deductivo de principios religiosos externos; sino que es algo inserto en la naturaleza misma del hecho productivo grupal. Se trata de una virtud inserta en la lógica misma de la economía que es “conditio sine qua non”; para que sea económicamente operativa. Es importante que las virtudes no sean algo abstracto e inmaterial o impuesto desde afuera, sino que sean médicamente operativas en el medico;  jurídicamente operativas en el jurista o políticamente operativas en el político.

 

Egoísmo y solidaridad

Es únicamente falso que el egoísmo sea la única fuente del sentimiento humano que rige la vida económica y la vida social. Muchos economistas y hombres de negocios quieren poner los cimientos de la compresión capitalista de la economía en Adam Smith, pero censurado y omitiendo que el, además de la riqueza de las nociones, escribió la teoría de los sentimientos morales, donde expresamente refuta la idea de que todo se reduce al egoísmo; Smith afirma en el capitulo primero de esta obra “La simpatía no puede, en modo alguno, considerarse un principio egoísta pues en la condolencia por la desgracia de un amigo, por ejemplo, mi aflicción es enteramente por su causa y en absoluta por la mía, y por lo tanto no es nada egoísta.

Luego concluye ‘De cualquier modo, esta doctrina de la naturaleza humana que deriva todos los sentimientos y afectos del amor a si mismo, y que tanto ruido ha metido en el mundo; pero que, hasta donde alcanzo; jamás ha sido cabal y distintamente explicada; me parece que ha salido de una confusa y falsa interpretación del mecanismo de la simpatía”. El egoísmo y la solidaridad no se anulan sino que se pertenecen en una sociedad humanamente integrada.

La solidaridad con los demás, la compasión y el amor no exigen el desprecio del mismo de si mismo. Al fin y al cabo en le mandamiento universal de ama al prójimo como a ti mismo, la base de la norma del espíritu es el amor. Tal vez a esto no debemos llamar egoísmo; sino llamar autointerés y solidaridad,; integradas una de la otra. Las virtudes publicas no son algo que el Papa y los clérigos tiene que predicar sino quieren quedarse sin oficio. Son virtudes de vida o muerte para la economía, la política o la vida social y familiar.

Por desgracia; en occidente la mentalidad ilustrada durante dos siglos de modernización ha formado celdas separadas para la ciencias entre si y ha establecido paredes de división entre las aplicaciones de estas y sus raíces humanas y divinas. Pero la vigorización de la vida publica requiere una profundización en las fuentes interiores de la identidad humana y de la moral;  y la fluidez de su espíritu en toda actividad humano exterior.