Lecciones Inesperadas
Lecciones Inesperadas. “¿Desde cuándo los patos disparan a las escopetas?”, se burló un político local al recibir propuestas ciudadanas sobre un proyecto urbano.
A diario encontramos figuras que pretenden saberlo todo:
Padres que deciden el futuro académico y sentimental de sus hijos. Profesores que, en vez de guiar, limitan el crecimiento en el aula, priorizando notas sobre el desarrollo de habilidades prácticas.
O directivos que, con un título internacional, desestiman las opiniones de su equipo, basándose en su jerarquía.
Pero, ¿y si en ocasiones los patos realmente dispararan a las escopetas? No se trata de ridiculizar a aquellos en posiciones de poder, sino de reconocer que siempre hay algo nuevo que aprender.
Un experto en Inteligencia Emocional decía que, aunque la universidad nos brinde teorías complejas, a menudo pasamos por alto las lecciones de vida de un taxista, una anciana en la calle o un desconocido que aparece justo cuando lo necesitamos.
Asumir que no lo sabemos todo nos abre puertas a aprendizajes inesperados. Niños que nos enseñan sobre amor genuino, ancianos que con un gesto nos muestran el valor de la compañía, o charlas con trabajadores que nos iluminan sobre la resiliencia.
Si te das la oportunidad de escuchar a aquellos que menos esperas, te sorprenderá descubrir perspectivas frescas y llenas de humanidad.
Deja que los patos te disparen de vez en cuando; las lecciones pueden ser más valiosas de lo que piensas.