Sin temor al triunfo
Sin temor al triunfo. Al encontrarte en una intersección con el destino, al mirarte en el espejo y reconocer que eres un ser único, cargado de aspiraciones, pensamientos, proyectos y travesías.
Al percibir el encanto que desprenden tus manos. Al hallar la fuerza de tu risa, de tus palabras, de tu esencia.
Al cruzarte con alguien y conectar con su esencia en vez de su exterior. Al comunicarte y en lugar de simplemente ocupar espacio, llenas almas.
Si alguien te recuerda no por tu nombre, sino por lo que simbolizas. Si el ayer es solo un recuerdo y te enfocas en vivir el ahora.
Si anhelas lo que a otros ni siquiera les cruza la mente. Si ves más allá de lo ordinario. Si optas por enfrentar el desafío de volar alto, llevando solo lo esencial.
Al retornar a tu hogar cada noche con gratitud en el corazón. Al hallar en un beso, un roce o un niño en tus brazos el puro significado del cariño.
Al cambiar las críticas por acciones constructivas. Al dejar atrás lo conocido y embarcarte hacia nuevos horizontes.
Al aventurarte confiado, sabiendo que no estás solo en la caída.
Al fijar tus ojos en el infinito y sentirte rodeado de constelaciones o admirar esa flor solitaria.
Al caminar por la calle y, en vez de quejarte o mostrar indiferencia, obsequias sonrisas como antídoto para el pesar.
Al ver los años avanzar y el paso del tiempo. Al evocar a ese niño de antaño que soñaba sin límites y ver cómo esos sueños germinan.
Al estar al lado de tu ser querido, contemplando serenamente el recorrido de tu existencia. Y en ese instante, poder afirmar:
He llegado a ser quien deseaba. Mi vida ha tenido propósito.
En ese preciso instante, no tengo dudas… habrás hallado el TRIUNFO.