Nicolás Bravo
Nacido el 10 de septiembre de 1786 en Chichihualco, Guerrero, Nicolás Bravo Rueda, hijo de Leonardo Bravo y Gertrudis Rueda de Bravo, fue un influyente político y militar mexicano que jugó un papel vital en la Guerra de Independencia. En su honor, sirvió como presidente de México en tres distintas ocasiones.
Sus Comienzos y Asensión Militar
Influenciado por el ambiente militar de su familia y su resistencia a las políticas coloniales, Nicolás se unió a las fuerzas rebeldes en 1810. Bajo el liderazgo de Hermenegildo Galeana, destacó en numerosas batallas, ganando reconocimiento por su habilidad y generosidad. En 1812, en un acto recordado como «La Venganza de Bravo», optó por liberar a 300 soldados enemigos capturados, contrastando con la ejecución de su padre por el virrey.
Acompañando a figuras como José María Morelos, Nicolás continuó defendiendo la independencia mexicana. Tras su captura en 1818, estuvo prisionero por dos años, pero fue liberado gracias a un cambio en el gobierno.
Política y Defensa de la Patria
Tras el derrocamiento de Iturbide en 1823, Bravo formó parte de un triunvirato que gobernó el país. A pesar de perder las elecciones presidenciales de 1824 frente a Guadalupe Victoria, ocupó el cargo de vicepresidente. Durante su vicepresidencia, lideró un levantamiento contra Victoria en 1827, lo que resultó en su exilio a Ecuador, del cual regresó en 1829.
Bajo el mandato de Antonio López de Santa Anna en 1833, Nicolás fue designado jefe del Ejército del Norte. A lo largo de su carrera, asumió la presidencia en varias ocasiones y desempeñó un papel crucial durante la intervención estadounidense en México en 1847.
Legado y Reconocimiento
A pesar de los desafíos y controversias, Bravo defendió firmemente sus principios y su nación. Su dedicación a México se refleja en la cantidad de lugares que llevan su nombre, como Valle de Bravo, Tulancingo de Bravo, Palmar de Bravo, entre otros.
Después de servir con distinción a su país, tanto él como su esposa, María Antonieta Guevara y Muñiz, fallecieron misteriosamente el 22 de abril de 1854. Su muerte aún genera especulaciones, pero su legado como defensor de México perdura. Cada 15 de septiembre, el Presidente de México realiza un ritual en Palacio Nacional bajo el cuadro que representa a Nicolás Bravo perdonando a los españoles, un testimonio de su valor y compasión.