Voltaire
François-Marie Arouet, mejor conocido como Voltaire, nació en París el 21 de noviembre de 1694. Último de cinco hijos, vivió la tristeza temprana de perder a su madre a los siete años. A pesar de su salud delicada, Voltaire mostró desde temprano un profundo interés por la literatura.
Educación y Primeros Años
Voltaire ingresó al colegio jesuita Louis le Grand, destacándose por su ingenio y sed de reconocimiento. Con el deseo de dedicarse a la literatura, se enfrentó a las expectativas de su padre de que estudiara leyes en La Haya. Sin embargo, el joven escritor no se dejó desviar de su pasión.
Exilio y Retorno a París
Tras ser acusado de difamar al Regente, Voltaire fue exiliado y más tarde encarcelado en La Bastilla, donde adoptó su seudónimo. A su liberación, dejó París para vivir en Inglaterra, donde su aprecio por la cultura británica inspiró las “Cartas filosóficas sobre Inglaterra”, celebrando la mente abierta de los británicos frente a la Francia tradicionalista.
Relaciones y Residencia en Prusia
Después de su regreso a Francia, Voltaire entabló una relación con Madame du Châtelet, con quien se refugió en su castillo de Cirey. Años más tarde, aceptó la invitación de Federico de Prusia y se mudó a Potsdam. Tras la muerte de su amante, se estableció en Ferney junto a su sobrina, Madame Denis.
Oposición a la Iglesia y Reconocimiento
Voltaire, a pesar de creer en un Ser supremo, fue un crítico contundente de la Iglesia católica. Su obra, que abarca desde filosofía hasta tragedias, refleja su lucha constante por el progreso y la razón. Su regreso a París en 1778 fue triunfal, con toda la ciudad celebrando su legado.
Despedida de un Genio
El 30 de mayo de 1778, la luminaria de la Ilustración falleció. Aunque inicialmente fue enterrado en Scellières, sus restos fueron trasladados al Panteón de Hombres Ilustres en París, consolidando su posición como uno de los pensadores más influyentes de Francia.
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