Tutankamón
Tutankamón. Faraón egipcio de la XVIII dinastía (?, h. 1372 – Tebas, 1354 a. C.). Uno de los más conocidos reyes del Antiguo Egipto fue Amenofis IV o Akenatón, que, rompió con tradiciones milenarias, haciendo una reforma religiosa que estableció con carácter casi monoteísta el culto a Atón, Dios del Sol, probablemente por un afán de limitar las ventajas de la casta sacerdotal y concentrar el poder en torno a su persona. Esta tentativa de reforma lo llevó a adoptar el nombre de Akenatón, «el que es grato a Atón») salió apenas ileso a su propio reinado, abriendo un periodo de inestabilidad.
Investigaciones recientes basadas en el ADN sugieren que Tutankamón era hijo del mismo Akenatón, aunque no de su esposa Nefertiti.
Tutankamón restableció el culto tradicional
Esto llevó a aumentar el poderío de los sacerdotes de Amón, debilitado en el reinado de Akenatón. Devolvió la capitalidad a Tebas, abandonando la capital creada por el faraón hereje en Amarna; y sustituyó su propio nombre por el de Tutankamón («la viva imagen de Amón»). El reinado de Tutankamón solo hizo el restablecimiento del orden tradicional del Egipto faraónico, bajo influencia de los sacerdotes y generales conservadores. Fue llamado el faraón niño por la temprana edad en que asumió el trono, Tutankamón murió a los 18 años y llevaba seis de reinado, probablemente en un motín palaciego.
Tutankamón fue la única sepultura del Valle de los Reyes que llegó sin saquear hasta la edad contemporánea; su descubrimiento por Howard Carter en 1922 fue un acontecimiento arqueológico mundial, mostró el esplendor y la riqueza de las tumbas reales y sacando a la luz valiosas informaciones sobre la época del Egipto antiguo,.
La tumba de Tutankamón
En comparación con las de otros faraones, su tumba es de proporciones modestas y no presenta grandes ornamentos. Sus cuatro salas (la antecámara, la cámara del tesoro, la cámara sepulcral y el anexo) tenían intacto el ajuar funerario completo del faraón, son inapreciables tesoros arqueológicos. Se emplearon diez años en catalogar más de cinco mil piezas.
La maldición de Tutankamón
El descubrimiento de la tumba de Tutankamón fue uno de los grandes acontecimientos de la historia de la arqueología, y el más mediático. Tuvo alta resonancia, el interés que despertó en todo el mundo, se prolongó debido que se atribuyó la muerte del mecenas de la expedición, lord Carnarvon, a «la maldición de Tutankamón», invención periodística que pasaría a la literatura de terror y con la película de La Momia (1932), protagonizada por Boris Karloff.