La cortesía parece estar en decadencia
La cortesía parece estar en decadencia. ¿Qué piensas al respecto? Quiero hablar de algunos eventos recientes relacionados con lo que consideramos «normas de cortesía» que, quizás, te resulten familiares. Son momentos que me han sorprendido y que no son el ejemplo que deseo para mis hijos ni el entorno en el que viven. Permíteme enumerar algunas reflexiones personales:
- Saludos Desatendidos: Al saludar, ya sea con un «buenos días» o «buenas noches», a menudo me encuentro con un silencio desconcertante. ¿Es que la gente ya no valora un simple saludo o es que la vida moderna nos ha hecho más distantes?
- Reacción al Estornudo: Cuando alguien estornuda y digo «salud», el silencio es a menudo la única respuesta. ¿Acaso hemos olvidado esos pequeños gestos de consideración?
- Dar el Paso: Si eres cortés en la carretera o en un lugar público, algunas personas te miran como si estuvieras cometiendo un error. ¿Desde cuándo ser gentil es sinónimo de debilidad?
- Amabilidad: En la calle, a menudo se premia la astucia en lugar de la cortesía. Sin embargo, la amabilidad es valiosa tanto en la familia como en los negocios.
- Alegría: Ser feliz parece ser la excepción y no la norma. Pero la alegría es una elección y puede tener un efecto positivo en quienes te rodean.
- Respeto Mutuo: Se dice que el respeto está desapareciendo. Pero cuando se respeta a los demás, todos prosperamos.
- Cortesía en Crisis: Es raro ver niños que interrumpen con un «permiso». ¿Desde cuándo dejar de ser grosero se convirtió en algo inusual?
- Gentileza con Desconocidos: En grandes ciudades, la frialdad parece ser la norma. Sin embargo, valorar y apreciar a los demás es esencial para la humanidad.
- Reclamos Respetuosos: Antes, reclamar se hacía con educación. Ahora, a menudo va acompañado de agresión. Es crucial aprender a comunicar de manera justa y adecuada.
- Humildad: Antes, se valoraba la humildad. Hoy, el materialismo prevalece. Pero la verdadera humildad está en las acciones y no en las posesiones.
- Altruismo: Ayudar sin esperar nada a cambio parece ser una rareza. Pero, en realidad, la generosidad nos enriquece a todos.
- Pequeños Gestos: Cosas simples como agradecer, saludar a un extraño o ser cuidadoso con el entorno, son acciones que deberíamos enseñar y modelar para las futuras generaciones.
Concluyo con una invitación a reflexionar sobre cómo tratamos a los demás y aportar con acciones positivas en nuestro entorno, en nuestro país. Es en la autoreflexión y en la bondad innata donde encontramos la esperanza para una sociedad mejor.