Respetar la importancia del otro

Respetar la importancia del otro

 

Este post se llama respetar la importancia del otro. Todo ser humano piensa en su propia importancia. Para estudiar esto veamos un poco lo significa el ego: El Ego nace con nosotros. Cuando somos niños, a través del cariño, del amor, del cuidado, sentimos que somos buenos, valiosos, que tenemos alguna importancia. Nace un ego, un «centro». Este centro es reflejado, no es nuestro verdadero ser. No sabemos quiénes somos, simplemente sabemos lo que los otros piensan de nosotros. Y este es el ego: un reflejo de la opinión de los demás.

Si cuando somos niños nadie piensa que somos útiles, nadie nos aprecia, nadie nos sonríe, entonces también nace un ego. Un ego enfermo, triste, rechazado, como una herida, sintiéndose inferior, sin valor. Esto también es el ego.  Esto también es un reflejo. Primero es la madre la que crea nuestro mundo. Después otros se le suman a la madre y así irá creciendo el mundo del niño. Y cuanto más crecemos, más complejo se vuelve el ego, porque las opiniones de muchos más son reflejadas.

Cómo desarrollamos el hábito de respetar la importancia del otro

El ego es un fenómeno acumulativo; es el subproducto de vivir con otros. Y como lo real, sólo puede llegar a conocerse a través de lo falso, el ego es una necesidad.

Uno tiene que pasar a través de él y trascenderlo para vislumbrar lo que realmente somos. Lo real puede ser conocido sólo a través de lo ilusorio. No puedes conocer la verdad directamente.

Primero tienen que conocer lo que no es verdadero. Segundo tienen que encontrar lo que es falso. Y es a través de ese encuentro cuando se vuelven capaces de conocer la verdad. Si conocemos lo falso como falso, la verdad despertará en nosotros.

El ego es una necesidad social y todo el mundo lo refleja. En la escuela, el maestro refleja quiénes somos. Seremos amigos de nuestros compañeros y ellos también nos reflejaran quienes somos. El ego siempre es sacudido; siempre está en busca de alimento, que alguien lo aprecie, que le den atención. Si nos quieren, estamos felices, si nos desprecian creemos que no valemos nada.

Sabiendo esto y todos somos sometidos a estas interacciones, cultivar el respetar la importancia del otro nos abrirá muchas puertas, esto no significa tratar de adular, se trata de ver las cosas buenas que tiene la otra persona.

Factores para desarrollar este hábito de respetar la importancia del otro 

El nombre de la persona es muy importante, es la música que quieren escuchar sus oído. También debemos tener cuidado de utilizar palabras como señor, señora, señorita, estimado dependiendo de la confianza que le tengamos.

El respeto es la consideración, atención o deferencia que se debe a una persona. Podemos decir que es el sentimiento que lleva a reconocer los derechos y la dignidad del otro.

Este valor se fundamenta en la dignidad de la persona. Dignidad de igual a igual compartida por todos.

El respeto hacia uno mismo se basa en el respeto que se tiene al otro como persona. Nuestra  dignidad de persona queda situada entre dos coordenadas básicas: la del respeto a nosotros  mismos y la del respeto a los demás.

No debemos confundir el respeto con las formas de convivencia respetuosas, el respeto va más  allá de las formas. El respeto a los demás es la primera condición para saber vivir y poner las  bases a una auténtica convivencia en paz.

Se nos hace muy fácil criticar y buscar cosas malas en los demás, por ello las revistas de chismes son tan famosas, ya que los seres humanos tenemos esa tendencia de ver los errores de los demás.

Si respetas “El yo soy importante” de tu oyente, este estará mucho más dispuesto a  escuchar. Esto convierte al respecto en un factor muy importante de influencia..