Qué supone el reciclado de chatarra para la economía circular
El planeta Tierra camina hacia la economía verde. La era de los combustibles fósiles está próxima a llegar a su fin. Lo que ha tardado el planeta en generar durante millones de años, el ser humano ha conseguido quemarlo y agotarlo en apenas unos siglos.
Es indudable el progreso en calidad de vida que ha supuesto la energía barata procedente de los combustibles fósiles, principalmente petróleo, carbón y gas tras la Revolución Industrial, pero la consecuencia que se ha derivado de ello es una subida destacada de la temperatura media global y un cambio climático acelerado que es el resultado de emitir gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Reciclado de chatarra, gestión y aprovechamiento de residuos
Las fuentes de energía baratas que se han venido explotando durante los últimos tres siglos, especialmente los combustibles fósiles han entrado muchos de ellos en un punto de no retorno, se ha alcanzado su cénit. Esto significa que el total de reservas de material a explotar ya es inferior a las explotadas.
En muchos casos, y ocurre también con otros muchos materiales más allá de los combustibles fósiles, su TRE, la tasa de retorno energético, comienza a perder rentabilidad. La TRE indica la cantidad de energía necesaria para conseguir una unidad de energía de ese material extraído. Si ese índice es próximo a 1, la rentabilidad se considera ya muy baja.
Un modo de ponerle freno a esta situación y hacerle frente a este problema es apostar por la economía circular y ahí la gestión de chatarra juega un papel fundamental. Este sector, castigado por la opinión pública por ser una profesión de baja escala social, ha pasado con los años a convertirse en esencial desde un punto de vista industrial y ambiental.
La gestión de chatarra es fundamental para la economía circular, pues esta tiene como principios básicos reducir la entrada de nuevos materiales vírgenes en el proceso de producción y hacer lo propio con los desechos al final del ciclo.
Esta forma de entender la economía, asociada más a la economía verde y el proyecto Green New Deal, apuesta por procesos de producción cíclicos, en las que todos los productos, servicios, componentes y materiales se reutilicen constantemente.
El modo clásico de entender el proceso de producción es mediante ciclos lineales, lo que se traduce en explotar recursos vírgenes y producir desechos que no son aprovechables en la mayoría de los casos.
La innovación en el proceso de gestión y reciclaje de residuos
Todavía hoy en día existe cierta percepción negativa del concepto chatarra. La visión de estos materiales sigue siendo peyorativa cuando la realidad es que el reciclado de materiales lo que consigue es dar una segunda vida útil a estos materiales e impedir la explotación de nuevos recursos.
Desde un punto de vista industrial y ambiental, los procesos de gestión y reciclaje de residuos son imprescindibles y obligados para reducir el impacto sobre el planeta. Pero además, reaprovechar todo tipo de materiales redunda en beneficios económicos en materia de ahorro de costes.
El reciclaje de residuos es una parte imprescindible de la regla principal del ecologismo, las 3R: reducir, reutilizar y reciclar. Los procesos industriales son inherentes al desarrollo de la Humanidad, pero con estos procesos, lo que se intenta es no explotar en exceso los recursos del planeta, que son finitos.
El sector del reciclaje de residuos es hoy en día un nicho de empleo muy potente en el que se apuesta por la innovación. Todo el proceso de reciclaje implica el trabajo de operarios en muchas fases: recepción, separación, reciclaje de residuos, diseño de nuevos productos… y todo con un fin claro, reducir la entrada de nuevos materiales vírgenes a la cadena de producción.
Cómo se lleva a cabo el proceso de reciclaje de chatarra
Conocidas las ventajas que tiene a nivel industrial, ambiental y económico el proceso de reciclaje y gestión de residuos, es momento de diferenciar entre los tipos de chatarra y conocer realmente qué se conoce por chatarra.
La chatarra incluye a todos los materiales de desecho que están compuestos por componentes de metal viejos, haciendo especial hincapié al hierro, y que pueden ser reutilizados o reciclados. La chatarra puede proceder de maquinaria, vehículos, equipos informáticos, materiales de construcción y todo tipo de objetos.
Por lo general, se habla de chatarra de materiales ferrosos y no ferrosos. Los ferrosos incorporan al hierro, el acero o el aluminio; mientras que se habla de no ferrosos cuando se recuperan metales como zinc, estaño, magnesio, cobre. El hierro es fundamental en los procesos de reciclaje de chatarra, pues el 95% de la producción de metal está representado por este material, pero en este proceso de gestión de residuos no podemos dejar atrás otros metales igualmente importantes como el aluminio y el cobre, porque se pueden reciclar un número elevado de veces.
La chatarra ha pasado de ser una profesión degradada socialmente a convertirse en absolutamente necesaria, hasta el punto de que puede marcar el avance hacia la tan esperada economía circular.