Porqué los deportistas pueden ser buenos líderes
Estamos acostumbrados a ver imágenes de deportistas mostrando sus dotes de liderazgo en el campo de juego, muchos dirigiendo a un equipo hacia el éxito; otros, mientras ponen en práctica una estudiada estrategia al enfrentarse a un rival. Un deportista dedicado requiere de habilidades determinadas que, si nos paramos a pensar, no distan tanto de las cualidades que requiere un buen líder en un entorno laboral.
Quizá por eso, cuando algunas de las grandes figuras del deporte se retiran y se dedican a otros ámbitos, logran llegar a convertirse en grandes líderes que destacan en su nueva profesión, para el asombro de muchos. Tras dejar la competición activa, algunos deportistas de élite han pasado a trabajar como entrenadores o representantes, o con empresas relacionadas con el deporte como firmas de relaciones públicas o casas de apuestas en línea. En otras ocasiones, han pasado a trabajar en otros sectores que no tienen nada que ver con el deporte, como en el mundo de las ventas o de las finanzas.
Los valores del deporte
El deporte, en todas sus formas, pero de forma más intensa a nivel profesional, fomenta valores que pueden ser de gran utilidad también para liderar un equipo de trabajo, un proyecto o una empresa. ¿Qué cualidades favorables tienen los deportistas que pueden convertirlos en grandes líderes?
El trabajo en equipo: la cooperación
Los deportistas que compiten en equipo son conscientes de lo importante que es trabajar en una misma dirección, apoyándose y teniendo en cuenta a los compañeros para conseguir vencer al oponente o llegar a un objetivo marcado. Si se trabaja de forma individual, sin tener una estrategia en conjunto, el equipo se resiente. De igual manera un buen líder tiene que ser parte de un equipo, saber delegar y saber comunicar de forma efectiva dentro de este.
La constante superación personal
Si hay algo que define a los deportistas profesionales es su capacidad de superación personal, de trabajar duro para batir sus marcas. Es también característico de un buen líder medir su progreso en comparación consigo mismo, y no con respecto a otros.
Concentración y motivación
Si se practica de forma seria, el deporte requiere un 100 % de concentración y entrega. No estar suficientemente motivados suele pasar factura a los deportistas, que suelen exigirse darlo todo de sí mismos. Estas son sin duda cualidades muy positivas en un líder que pueden traducirse en un buen rendimiento, alta eficacia y una actitud proactiva.
Resiliencia
La resiliencia es una cualidad que los deportistas han ido construyendo a lo largo de su carrera, cada vez que han tenido que lidiar con el estrés de las competiciones, la presión de mantenerse los primeros o de llevar su cuerpo hasta el extremo. Es una de las características más importantes en el liderazgo, que requiere enfrentarse constantemente a obstáculos y tener la suficiente fortaleza mental para mantenerse a flote cuando otros se hunden.
Constancia y coherencia
Quienes han llegado a lo más alto en un deporte han aprendido por el camino que no hay una fórmula mágica para el éxito, no se llega a ser el mejor de un día para otro. Han puesto sobre la mesa su tiempo, esfuerzo, sacrificios, sudor y lágrimas para lograrlo. Cuando se aventuran fuera del mundo de la competición, casi inconscientemente han aprendido un método de trabajo infalible que puede llevarlos muy lejos.
Saben encajar un fallo o una derrota
A veces se gana y a veces se aprende. Saber utilizar la derrota para aprender de los errores cometidos y mejorar la estrategia es un valor que comparten los grandes líderes con los que se dedican al deporte. Los logros se consiguen combinando talento, esfuerzo y los errores que cometemos por el camino.
Siguen una estrategia, pero se mantienen flexibles
Algo común en el perfil de los deportistas es que están acostumbrados a perseverar frente a la adversidad, a no rendirse si su estrategia inicial no funciona. Mantenerse flexible y saber cuándo tomar la decisión de pasar del plan A al plan B es una cualidad de líder. Un líder, al igual que un deportista de élite, tiene la capacidad de salir de su zona de confort y de crecer frente a las dificultades.
Compromiso e Integridad
Se encuentran entre los valores más conocidos y respetados del deporte. El compromiso y dedicación requiere de firmeza y de una gran fuerza de voluntad. Significa tomarse lo que se hace en serio y cumplir con lo que uno se propone, poner en práctica y llevar a término los planes trazados. La integridad, por otra parte, defiende la transparencia, la igualdad y la justicia en el deporte, el planteamiento de que el fin no justifica los medios.
Un líder que reúne estos valores será seguramente un líder más dedicado, más práctico, más equitativo y justo o, en otras palabras, más humano.
¿Son estas cualidades innatas o adquiridas?
No es fácil determinar de forma clara qué cualidades pueden ser innatas en una persona, por tener una disposición natural a estas, y qué valores son adquiridos fruto de la experiencia a lo largo de su carrera en un deporte. Sin embargo, dedicarse al deporte —a distintos niveles, pero aún más a un nivel de alta dedicación— ayuda a desarrollar de forma casi sistemática valores que pueden ofrecer una ventaja importante a la hora de ocupar puestos de liderazgo.
La importancia de aprender del deporte
Se puede concluir que ser líder en un deporte puede aportar excelentes cualidades para llegar a ser un buen líder en el mundo laboral. Pero no es necesario ser deportista de élite para poder aprender y practicar los valores que defiende el deporte. Un líder que sepa extrapolar algunas de las cualidades mencionadas y esté abierto a aplicarlas a su estrategia estará más cerca en el camino del éxito que quien no aplique estos principios. Quizá, después de comprender esto, el deporte se reconozca por fin como algo más que en una mera opción de ocio.