Ojalá lo hubiese sabido antes: Hay autores que rompen el molde porque tienen mente abierta. Ven el mundo desde otra perspectiva, sus pensamientos y reflexiones se analizan desde un ángulo diferente, sin etiquetas ni prejuicios, solo poniéndose en los zapatos de quien escribe. Tal vez al final dirán “Ojalá lo hubiese sabido antes”. Saludos a todos y como siempre, muchas gracias.
Quiero compartir unas viejas enseñanzas con ustedes, cosas que ojalá hubiese sabido antes.
Reglas de oro, que definitivamente ojalá hubiese sabido antes
- Sobre nuestra consciencia y la consciencia universal
Todo lo que eres, nace primero en tu mente, si estás identificado con lo que te rodea, eso eres, solo mente (pensamientos, emociones y creencias) generacionales. Si abres tu mente a nueva información, notarás que hay muchas cosas que desconoces. Y si eso te lleva a una búsqueda, aunque no lo comprendas, entrarás en un estado de consciencia, conectado a la consciencia universal, la de tu creador. La que te muestra que el mundo es mucho más de lo que conoces y te han dicho.
Vivir sin consciencia es como estar encadenado en una caverna viendo solo sombras en la pared, creyendo que eso es toda la realidad. Pero cuando te liberas y sales, inicialmente, la luz te confunde, no entiendes nada, hasta que tus ojos se adaptan y ves que el mundo es mucho más amplio y luminoso. Así es el despertar de la consciencia; al abrirte a algo mayor, descubres que siempre fuiste parte de una verdad mucho más grande que lo que creías.
- Como es arriba es abajo. Como es adentro es afuera. Así es mi mundo
Así como piensas y percibes el mundo, así creas tu vida. Tú realidad externa es un reflejo directo de tu mundo interno. Si dentro de ti habitan el miedo, la duda y la negatividad, eso será lo que proyectes, influenciado por tus creencias, pensamientos y emociones. No se trata solo de cambiar lo de afuera, sino de transformar lo que llevas dentro. El universo actúa como un espejo. Por eso soltar, perdonar y agradecer es el inicio de un cambio dentro de ti, que luego podrás proyectar en el mundo que deseas.
La vida es como usar lentes, si los tienes sucios, todo lo verás borroso. Pero el mundo no está sucio, lo que está sucio son tus lentes. Limpia tu percepción y tu mundo cambiará. Aprende a ver lo mejor de cada situación.
Nada es estático, todo está en movimiento ¿Cómo nos afecta?
En el universo todo vibra, desde las galaxias hasta las partículas subatómicas, nada permanece estático. Incluso las rocas vibran a frecuencias muy bajas. Vibrar más alto, se asocia con el espíritu, la luz y emociones sutiles o elevadas (amor, alegría, entusiasmo) mientras que las bajas, corresponden a emociones densas o negativas (miedo, frustración, ira). Por eso debemos cuidar nuestra frecuencia vibratoria a través de lo que pensamos, sentimos y hacemos. Vibrar alto es cuestión de práctica.
La vida es como una estación de radio; no puedes escuchar música relajante en una emisora que te hace sentir bien, si sintonizas la estación de noticias 24 horas, que solo emite caos, miedo y ansiedad y que te hace sentir ansioso e impotente.
- Polos opuestos o dualidad en la vida
En la vida siempre ha existido dos extremos; positivo y negativo, luz y oscuridad, amor y miedo, éxito y fracaso. Comprender que estos opuestos tienen el mismo origen, te da un nivel de entendimiento inimaginable. Cuando conectas mente y corazón, comprendes que incluso los desafíos, como una enfermedad o una pérdida tienen un propósito oculto, equilibrar tu experiencia y ayudarte a crecer. La dualidad es parte de la creación, la polaridad positiva y la negativa nos hacen evolucionar, ambos fueron creados por DIOS, por nuestra fuente creadora.
El frío y el calor son extremos de un mismo termómetro. Así también, el miedo y el amor son vibraciones de una misma energía. Tú eliges en qué lado estar.
- La vida es un péndulo, que importante es saberlo
Todo en nuestra vida en un subibaja; desde las emociones hasta las estaciones del año, todo funciona en movimientos rítmicos; épocas de abundancia y escasez, alegrías y tristezas, el día y la noche. Así como un péndulo alcanza su extremo y luego retrocede, los momentos felices o infelices son temporales. La vida es cíclica. Hay momentos de expansión y otros de pausa. Comprender esto te ayuda a no aferrarte, ni a la euforia (celebración) ni a la tristeza (lamentación) al final todo pasa. Todo se transforma.
Como el surfista que aprende a seguir el ritmo de las olas del mar, a veces altas, otras bajas, lo importante siempre es encontrar el equilibrio y surfear las olas.
Todo lo que piensas y haces genera una consecuencia. No es broma.
Existe un principio que afirma que toda causa genera un efecto, ya sea inmediato o posterior. Esto nos indica que somos responsables de nuestros pensamientos, decisiones y acciones.
Como dijo Aristóteles: «Cosechamos lo que sembramos». La amabilidad genera reciprocidad; la violencia atrae conflictos.
Si vives de buen humor, tratando bien a los demás, recibirás amabilidad y respeto, eso traerá paz a tu corazón; si en cambio vives de mal humor, insultando y tratando mal a la gente, recibirás algo de tu propia medicina, y eso puede convertirse en violencia, esto genera intranquilidad y zozobra. Siempre eres tú el que decide.
Una vida en equilibrio es, una vida en plenitud
Todo en el universo ha sido creado por dos fuerzas que son complementarias, que interactúan de manera armoniosa y perfecta; lo femenino y lo masculino. Estas energías van más allá de los géneros físicos; son principios que dan origen a todo lo que existe. La fusión de ambas; acción, decisión, lógica, dirección, protección (masculino) y recepción, intuición, creatividad, adaptabilidad, amor (femenino), da equilibrio al universo, al planeta y a cada ser humano. Ambas energías viven en ti, solo debes desarrollarlas para encontrar el equilibrio y vivir una vida más plena.
Una semilla fértil (energía masculina: intención, acción, enfoque), y agua constante (energía femenina: emoción, cuidado, receptividad). Si solo tienes semillas, pero no las riegas, nada florecerá; y si solo riegas la tierra sin sembrar nada, tampoco obtendrás frutos.
Ojalá lo hubiera sabido antes, que toda esta información estaba disponible, pero nadie hablaba de ella. Que la vida tiene subidas y bajadas, y que el éxito está en encontrar el equilibrio. Pero también que, si no me hubiese equivocado, tampoco habría aprendido.
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