Miguel Otero Silva
Miguel Otero Silva, nacido el 23 de octubre de 1908 en Barcelona, Venezuela, era hijo de Enrique Otero Vizcarrondo y Mercedes Silva Pérez.
Sus años formativos los pasó en los Liceos San José de Los Teques y Caracas, donde fue instruido por Rómulo Gallegos y compartió aulas con figuras notables como Rafael Vargas, Rómulo Betancourt y Jóvito Villalba. Aunque inició estudios de ingeniería en la Universidad Central de Venezuela, la política y su pasión por las letras lo llevaron por otros caminos.
En 1925, dejó su huella literaria al publicar un poema llamado «Estampa» en la revista Élite. Pero además de la poesía, Otero Silva mostró un notable talento para el humorismo, escribiendo bajo el pseudónimo Miotsi para diversas publicaciones.
Después de su involucramiento en actividades políticas en 1928, tuvo que exiliarse. En el extranjero, se unió a otros venezolanos para intentar una invasión a Venezuela y también se afilió al Partido Comunista Internacional. Durante la década de 1930, trabajó como periodista en Europa.
Su regreso a Venezuela en 1936 coincidió con una relajación de las restricciones de prensa. Fue en este período cuando fundó diversos semanarios y se integró al equipo fundador del prestigioso diario «El Nacional». A pesar de su abandono del Partido Comunista en 1951, su carrera literaria floreció en los años siguientes, escribiendo obras como «Casas Muertas» y «Oficina Nº 1».
Tras el colapso de la dictadura de Pérez Jiménez, Otero Silva participó en la política como senador y jugó un papel fundamental en la creación del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes en 1960. A lo largo de su vida, también recibió numerosos reconocimientos y premios, incluido el Premio Lenin de la Unión Soviética en 1980.
Miguel Otero Silva dejó un legado literario inigualable cuando falleció el 28 de agosto de 1985.