Medicina Antienvejecimiento

Medicina Antienvejecimiento

Medicina Antienvejecimiento. Todo ser vivo, luego de una etapa de larga madurez, comienza a envejecer perdiendo potencia y vitalidad; hasta ahora en la naturaleza no se ha encontrado ninguna forma de vida que se resista al paso del tiempo sin envejecer y morir. A lo largo de la historia y en diversas culturas, sin embargo han existido muchos que si han logrado prolongar la vida útil y conservar la salud. Se han desarrollado sistemas de salud, algunos tan antiguos como el Yoga, con el cual desde hace más de 4.000 años se ha venido enseñando las bases para la higiene natural, la alimentación sana, técnicas de purificación y relajación, conocimientos tan valiosos y sabios que siguen vigentes, a tal punto que constituyen el cuerpo fundamental de cualquier programa de salud integral en la actualidad.

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El ser humano debería naturalmente, vivir unos 120 o 140 años sin perder significativamente las capacidades intelectuales. Sin embargo hoy en día, a edades muy precoces comienzan a notarse signos de envejecimiento. Bioquímicamente se nota una disminución de la monoaminoxidosa en el sistema nervioso central, lo que lleva a una reducción de las funciones neutransmisoras de la dopamina, serotonina y catecolamina, asignando a esto la principal causa de depresiones y parkinsonismo de la vejez. También existe la tendencia en el ser humano a ir perdiendo la vitalidad, la memoria, a tornarse los huesos quebradizos y a formar arteriosclerosis. Se hace notable una disminución del diámetro de las arterias y vasos sanguíneos lo que disminuye el rendimiento de los órganos por suministro deficiente de oxígeno. Se presenta hipertensión, aumento del colesterol arterial, lo que lleva a derrames, embolias y paros cardíacos, a un aumento de los radicales libres y una disminución de la capacidad antioxidante del organismo. Paralelamente disminuye la capacidad de asimilación de los nutrientes de la alimentación, lo que conlleva a consumir cantidades mayores de alimentos a la par que la actividad física se reduce; trayendo como consecuencia un aumento en la formación de tejido graso y disminución de la masa muscular.

El envejecimiento no es una enfermedad, de hecho muchos disfrutan el envejecer, pero cuando la disminución de la fuerza vital, la dificultad para ver, oír y recordar es muy acentuada, se hace poco tolerable este proceso natural. Entonces es necesario un tratamiento. El poder disponer de estos recursos nos da la posibilidad no solamente de mejorar la calidad de vida, sino que podemos evitar muchas enfermedades degenerativas que acompañan al deterioro que llamamos envejecimiento.

El objetivo de la Medicina Antienvejecimiento es el de conservar a los individuos en optimas condiciones en vez de tener que resolver problemas. Muchas investigaciones se realizan en la actualidad para determinar y combatir las causas del envejecimiento. Algunas de las causas controlables que subyacen detrás de las enfermedades degenerativas asociadas al envejecimiento y al mal mantenimiento son: la Glicosilación CARAMELIZACIóN-, la Inflamación Crónica Sistémica, el déficit de Metilación, el descenso de la energía mitocondrial, el desbalance hormonal, las calcificaciones intravasculares y extraóseas, la Teoría de Hayflick (Reloj biológico), el desbalance de ácidos grasos, mutaciones del ADN, la disfunción inmunológica, la disfunción enzimática intracelular, el déficit en la secreción de enzimas digestivas, la Excitotoxicidad, el déficit circulatorio y el Estrés oxidativo.

Todos estos factores pueden resumirse en dos causas fundamentales: Primero, las consecuencias tóxicas y de mal nutrición causadas por ciertos hábitos perjudiciales de nuestro estilo de vida y segundo, la disminución con el paso del tiempo de los niveles juveniles de algunas hormonas como lo son: la DHEA y la Hormona del Crecimiento principalmente.

Dentro de los aspectos nutricionales más relevantes, encontramos el efecto de degeneración celular causado por la Caramelización o glicosilación de las proteínas con la formación de Productos Finales de Glicosilación Avanzada (PFGA) debido al abuso en el consumo de azúcar y de carbohidratos. Por otro lado, se señala el proceso de oxidación de estructuras celulares debido a la excesiva producción de radicales libres por diversas causas (drogas, radiaciones, alcohol, tabaquismo, edad).

A estos factores se suma un estado de Inflamación Crónica Sistémica (ICS) que subyace detrás de la mayoría de las enfermedades degenerativas. Esto es ocasionado por consumo elevado de carnes rojas y grasas saturadas (lácteos, grasas de origen animal), de frituras, de carbohidratos de alto índice glicémico, que aunados al sedentarismo, al consumo de sustancias tóxicas, y al estrés producen los llamados eicosanoides “malos”- responsables de la producción excesiva de unas citoquinas proinflamatorias y Prostaglandina de la serie 1 y 3 causantes de todos los efectos perjudiciales. Por otra parte también, se suma la baja ingesta de Acidos Grasos Esenciales Omega 3 y Omega 6 (GLA, DHA, EPA) productores de los eicosanoides “buenos” que contra restan a los otros y al escaso consumo de vegetales verdes, verduras, frutas, alimentos integrales, ricos en fibra nutrientes y fotoquímicos protectores. Es así que la inflamación de las células cerebrales, de las paredes arteriales, de las válvulas cardíacas, la agregación plaquetaria, la coagulación intravascular y de muchas otras estructuras en el cuerpo ocasionan: arteroesclerosis, enf. cardiovasculares, ataques cardíacos, tromboembolismos, enfermedad de Alzheimer, estado prediabético (hiperinsulinemia e hiperglicémia) enf. Autoinmunes (Artritis Reumatoidea, alergias, Lupus, Fibromialgia, etc.), cáncer y muchas más, que podemos catalogar como enfermedades de la civilización o enfermedades asociadas al envejecimiento acentuado. Porque entendamos que hay un envejecimiento inevitable que ocurre en condiciones de funcionalidad y uno patológico que es sinónimo de enfermedades degenerativas.

Estos problemas pueden ser diagnosticados antes de que se presenten los síntomas de enfermedad; si mediante un control periódico de exámenes se encuentran en la sangre elevados los niveles de: Fibrinógeno, Proteína C Reactiva, Homocisteína, de LDL colesterol, triglicéridos, glicemia, insulinemia y Hemoglobina glicosilada principalmente, y por el contrario, el nivel de HDL colesterol se encuentre disminuido.

Sobre todos estos factores podemos influir mediante un mantenimiento preventivo; combinando la terapia hormonal con un óptimo programa de nutrición celular y antitóxico, que implemente técnicas para el cuido personal y el manejo del estrés. Hay que considerar la supervisión profesional periódica que permita la acertada continuidad de los beneficios que se van logrando en mejora de la agudeza visual y de la atención mental, de la elasticidad de la piel, del refuerzo del sistema inmunológico, la disminución de tejido graso, el aumento del tejido muscular y de la vitalidad sexual, y sobre todo manteniendo alejadas a las llamadas enfermedades de la civilización, que no son más que síntomas de deterioro.

La juventud no tiene edad. La diferencia entre conservarnos sanos y vitales o por el contrario enfermarnos y deteriorarnos la hace EL MANTENIMIENTO. Así que, envejecer no implica deterioro. ¡Déle vida a sus años!

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