Hola amigos lectores y escuchas, este artículo lo escribo con el corazón en la mano y espero sirva de reflexión para aquellos que están conectados.
Paciencia es una palabra que muchos usan y pocos practican. ¡Sí! Como lo leen y escuchan. La palabra paciencia significa saber esperar, aunque para otros significa perder el tiempo. Sin embargo, la paciencia es una prueba que todos debemos experimentar a lo largo de nuestra vida, de una u otra manera.
Después de acompañar a personas cercanas que han sufrido duros golpes de la vida, así como me ha tocado vivirlo a mí también; comprendí, a través de eso, que la PACIENCIA es, simplemente, el arte de saber esperar. Incluso cuando no sabemos con certeza qué esperamos, ni cómo, ni cuándo sucederá algún cambio; simplemente confiamos que algo sucederá, una ayuda inimaginable que viene de algún lugar. A esto le llamamos FE. La paciencia, unida a la fe se complementan, se convierte en una fuerza imparable, de la cual nos percatamos de su gran impacto, cuando llega a nosotros lo inesperado.
Por eso la paciencia es una prueba, para observar cómo pienso y me comporto ante una situación que esté viviendo, y si tengo la fortaleza y resistencia de esperar y no desesperar, con esta prueba, comprobaría que saber esperar es un arte y no una pérdida de tiempo.
Algunas experiencias de que la paciencia es una prueba
Enfermedades: Las enfermedades, muchas veces, son maestras disfrazadas. Algunas pueden haberse gestado en lo profundo del inconsciente; otras, las atribuimos a las circunstancias externas. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a reflexionar que, en gran medida, nuestras actitudes y decisiones influyen en nuestro estado de salud. Si comprendiéramos que la paciencia en esos momentos es nuestra aliada, aunque sea muy duro, debemos saber soltar, y trabajar nuestras células mentalmente, imaginándolas sanas, realizando evaluaciones constantemente, hasta que sintamos que algunas cosas comienzan a cambiar, y que mi actitud y resiliencia es lo que nos mantiene activos en el proceso de sanación. Es en esa amarga espera donde entendemos que, a través del dolor, que es un catalizador natural, podemos transformarnos; y que vale la pena cambiar para sanar, para vivir, para experimentar una nueva versión de nosotros mismos.
Pérdidas económicas: Perderlo todo desde el punto de vista económico es una prueba profunda. Pasar de tener suficiente o incluso más, a no tener nada, cambia por completo la vida de cualquier persona. Conozco unos amigos muy cercanos que vivieron esa experiencia durante ocho largos años. Fue un proceso difícil, lleno de aprendizajes lo cual transformó sus vidas. Supieron esperar. Ese tiempo de incertidumbre los transformó. La familia se unió más, vivieron nuevos desafíos, y aunque sufrieron mucho, también se fortalecieron.
El secreto de su espera estuvo en soltar, en perdonar, en agradecer. Nunca perdieron la fe; en el fondo, sabían que algo llegaría a cambiar sus vidas para bien, y así fue. Hoy viven con más sabiduría, con más humildad, y con una conciencia en franca expansión, que los ha hecho más compasivos y llenos de amor, con un bonito futuro por delante
Esa es la gran recompensa de la paciencia. Aunque no todos lo comprendan, quienes la viven desde el corazón, saben que es una experiencia que transforma, y que ahora, ven el mundo de manera diferente.
Pérdida de seres queridos: La pérdida de un ser querido es, quizás, una de las pruebas más difíciles por la que podemos pasar en la vida. El dolor deja un vacío profundo, como si arrancaran un pedazo de nuestro corazón, con el tiempo y con paciencia ese dolor puede transmutarse. La paciencia actúa como un bálsamo que, lentamente, nos transforma, nos ayuda a salir de la noche oscura del alma que es una experiencia muy dura, y a renacer, con una nueva comprensión de la vida. Después de esto entendemos que no vale la pena correr, que cada momento con nuestros seres queridos es valioso, y que muchas cosas que antes creíamos importantes dejan de serlo. Aprendemos a vivir con más presencia en el ahora, amar desde el corazón y valorar lo esencial. Cosas que olvidamos con el día a día
La paciencia, en estos procesos, nos lleva primero a encontrar paz en el corazón, y luego en la mente. Nos vuelve más conscientes y comprensivos ante la vida y sus desafíos.
La paciencia es una prueba por la que todos, tarde o temprano, pasamos. Algunos la reconocen y la integran a su vida diaria como una herramienta de paz. Otros, en cambio, la perciben como una carga que les impide avanzar.
La paciencia será lo que tú decidas que sea. Si anhelas la paz y quieres vivir en armonía, será tu mejor aliada. Si no le das lugar en tu corazón, puede convertirse en tu peor obstáculo.
Reflexiona: ¿cómo la ves tú?
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