La celebración de la Navidad, tal como la conocemos hoy, es el resultado de siglos de tradiciones, mitos y leyendas de diversos países. Si bien la fecha exacta del nacimiento de Jesús no se conoce, durante el reinado de Herodes se estableció que sería el 25 de diciembre, coincidiendo con antiguas festividades del solsticio de invierno.

Papá Noel

Diversamente conocido como Santa Claus, Sinterklaas o Pere Noel, su figura se inspira en San Nicolás, obispo de Mira en la actual Turquía, famoso por su generosidad. Su tradición, originaria del siglo XII, se expandió por Europa, adaptándose en formas como los Reyes Magos en España y luego en Latinoamérica. Curiosamente, en Italia, los regalos navideños son entregados por una bruja benevolente.

Árbol de Navidad

Se cuenta que un niño refugiado en la casa de un leñador se reveló como el niño Dios y, en gratitud, les obsequió una rama de pino que daba manzanas de oro y nueces de plata. Además, los árboles eran adornados en invierno por los germanos para atraer de vuelta a los espíritus buenos. Los adornos evolucionaron con el tiempo, incorporando bolas de cristal en Bohemia alrededor de 1750.

El Pesebre

Popularizado por San Francisco de Asís tras su visita a Belén en 1220, representa el nacimiento de Cristo. Originalmente solo tenía a Cristo, una vaca y un asno, pero con los años se añadieron figuras como la Virgen María y, eventualmente, los tres Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar.

Evolución de la Imagen de Papá Noel

Antes de ser imaginado en un trineo con renos, Papá Noel distribuía regalos a pie o a caballo. Su imagen actual, la de un hombre alegre y vestido de rojo, fue popularizada por una campaña publicitaria de una marca de gaseosas en 1931.

Estas tradiciones, a pesar de sus distintos orígenes y evoluciones, convergen en una celebración que une a las familias y fomenta la unión entre seres humanos alrededor del mundo.