Instantes Eternos de Amor
Instantes Eternos de Amor. Un anciano, con el peso de los años marcado en su piel, sostiene delicadamente un libro entre sus manos temblorosas. Cada página del libro parece susurrarle historias, recuerdos, risas y lágrimas. Cada arruga de sus manos es testigo de una vida llena de altos y bajos, de alegrías y tristezas. Pero cuando uno ha vivido con pasión, las memorias más preciadas no se desvanecen, sino que se imprimen en el alma, convirtiendo cada instante pasado en un presente eterno.
El amor es ese misterioso elixir que puede transformar los recuerdos más simples en tesoros invaluables. Y cuando el amor es verdadero, no hay resentimientos, no hay arrepentimientos. En vez de eso, hay gratitud por cada segundo compartido, por cada risa, por cada lágrima. El pasado no se ve como un tiempo perdido, sino como un camino que llevó al presente, a este momento, donde cada latido del corazón parece decir: «Eres mi todo, y siempre lo serás».
Por eso, al mirarte, siento la urgencia de detener el tiempo, de encapsular este instante para siempre. Porque en tus ojos veo el reflejo de todos nuestros momentos juntos, y el prometedor brillo de todos los que están por venir. Permíteme, entonces, volar contigo hacia un lugar donde el tiempo no existe, donde solo somos tú y yo, fundidos en un abrazo eterno.
Si el alba decide no regalar un nuevo día, no importa, porque hoy, en este preciso momento, he sentido el amor en su forma más pura, más intensa. No necesito promesas de un mañana incierto, ni lamentos de un ayer que ya no vuelve. Porque aquí y ahora, te amo. Sin condiciones, sin medidas, simplemente, te amo.