Generar un proyecto a largo plazo

Generar un proyecto a largo plazo

 

Generar un proyecto a largo plazo. Una de las mejores cosas que se puede hacer por cualquier causa, ya sea nacional, religiosa, educativa, etc. es plantearse proyectos a largo plazo.

Las organizaciones, generalmente sociales, como los estados, partidos políticos, agencias de caridad, etc. que se encuentran por lo general en problemas económicos y luchas por el poder, o bien que cuentan con una población o integrantes de nivel educativo relativamente escaso, generalmente se dedican casi con exclusividad a hacer algunas cosas que no les benefician.

[themoneytizer id=»20196-1″]

 

Entre estas cosas podemos citar:

  • La generación de teorías conspirativas de todo tipo, para las cuales buscan justificaciones basadas en una incorrecta mezcla de creencias y supuestas pruebas que no satisfacen criterios científicos auténticos. En esto no debe quedar ninguna duda: no sirve de nada asignarle la culpa a otros, puesto que lo más probable es que no sea así, y por consiguiente no resolveremos nuestro problema, o bien, si es así, cosa menos probable, de nada sirve quejarse y no hacer nada para salir de esa situación. Las teorías conspirativas son por definición, excusas para no salir de tales situaciones, pues ningún problema puntual puede convertirse en una completa teoría – aunque sus bases no sean sólidas – en un corto lapso de tiempo.
  • La puja por el poder, generalmente económico. Esto, obviamente, sucede en todas partes, pero dadas las condiciones de debilidad institucional de las organizaciones de por sí menos vigorosas, es allí donde esta conducta cobra más fuerza, generándose corrupción hasta que prácticamente ya no queda nada para robar.
  • Tomar medidas de «emergencia» todo el tiempo. Si bien las emergencias existen, cuando se salta de una a otra hay que preguntarse lo que está pasando. Adoptar una mentalidad de este tipo, viviendo casi el día a día es sumamente perjudicial porque prácticamente cualquier medida de emergencia tiene consecuencias negativas a largo plazo. Si hay que amputarle las piernas a una persona para salvarle, se debe tener en cuenta que no podrá caminar más. Si cada vez que tiene un problema, en vez de solucionarlo a tiempo se deja que el problema crezca, habrá que amputarle los brazos, la nariz, etc. y al cabo de un tiempo esa persona estaría mejor muerta que viva.

Como contrapartida de tales actitudes, y para salir de una vez por todas de ese círculo vicioso de engaños y generación de nuevos problemas, peores, que requerirán de nuevos engaños, hay que generar políticas a largo plazo que le indiquen al conjunto de la sociedad u organización un camino a seguir.

Este tipo de metodología posee numerosas virtudes:

Contribuye al progreso de la organización.

  • Una empresa puede tornarse más competitiva, y una nación puede avanzar tecnológicamente gracias a este tipo de emprendimientos. Basta recordar la carrera espacial entre la Unión Soviética y los EE.UU. para ver la clase de efectos en un sentido tanto científico como económico que los proyectos a largo plazo presentan.

Acostumbra a las personas a pensar a largo plazo.

  • Esto tiene una trascendencia que va mucho más allá del propio proyecto. Las personas que adquieren el hábito de proyectar sus planes a futuro se convierten en previsoras y ahorrativas, y como en general todo lo que es bueno lleva tiempo para crearse, tales personas estarán mejor preparadas para hacer nuevas creaciones auténticas. Dicho de otro modo: acostumbrar a una sociedad a pensar a largo plazo es ayudarle a crecer mejor.

Genera nuevos conocimientos.

  • Los desafíos importantes que requieren de investigación sirven como motores del conocimiento. Hoy en día, las sociedades y las empresas basan su poderío o la falta de él sobre la información de la que disponen. El conocimiento es información que generalmente permite aprovechar las oportunidades que se presentan, y evitar peligros.

Evita la generación de teorías conspirativas y acostumbra a los individuos a mirarse a sí mismos.

  • Al emprenderse cualquier proyecto de desarrollo, ya no hay lugar para conspiraciones. Si un experimento no funciona, es el laboratorista el que debe hallar su propio error. Si un programa no funciona, no es culpa del ordenador, sino del programador. Esto hace que la gente se vuelva más honesta consigo misma.

Acostumbra a los integrantes de la organización a quejarse menos y hacer más.

  • Una vez un millonario dijo que él había estado quebrado varias veces, pero que nunca había sido pobre porque éste es un estado mental. Cuando hacemos las cosas y estamos ocupados haciendo algo provechoso, la vida se percibe como mejor, aún cuando la situación imperante sea objetivamente mala.
  • ¿Qué proyecto a largo plazo puede encarar usted? Ello dependerá de su propio criterio, pero todos tenemos algún talento y podemos hacer algo por satisfacer alguna necesidad dejada de lado por un tiempo.
  • Hay organizaciones que pueden estructurar su propia causa a partir de una necesidad social, otras eligen el desarrollo de la ciencia, la competencia deportiva, etc. Hay una infinidad de variantes posibles.

Nosotros, en el Gea, hemos emprendido varios proyectos a largo plazo. Nuestras estimaciones para terminarlos oscilan entre los cinco y los veinte años. Algunos de estos proyectos ya están terminados, otros están en marcha hasta que sean concluidos, y otros estarán en proceso de desarrollo de manera prácticamente continua, por su propia naturaleza.

Si un líder competente logra que su organización emprenda desarrollos a largo plazo, luego deberá tratar de aunar esfuerzos entre los desarrolladores para que los diversos proyectos se beneficien mutuamente con sus conclusiones y resultados.

Es bastante común sentir temor por el aspecto económico de tales emprendimientos; es cierto que todo cuesta dinero y es posible que una organización no se encuentre en un momento determinado en condiciones de financiar obras faraónicas.

Sin embargo, nada es imposible y se puede empezar de a poco. Algunos proyectos ni siquiera requieren de una inversión propiamente dicha. Por ejemplo: el reordenamiento de un taller u oficina para lograr una mayor eficiencia de trabajo no es algo que demande una inversión en utilería, en muchos casos, y algunos cambios pueden resultar sumamente provechosos.

Contenido relacionado

Articulos de Pablo Endokrin

[themoneytizer id=»20196-28″]
[themoneytizer id=»20196-16″]