Frases de Santiago Ramón y Cajal
Frases de Santiago Ramón y Cajal. Fue un médico español, especializado en histología y anatomía patológica. Compartió el premio Nobel de Medicina en 1906 con Camillo Golgi en reconocimiento de su trabajo sobre la estructura del sistema nervioso.
Frases de Santiago Ramón y Cajal
Las perezosas células cerebrales solo encienden su luz -inspiración- bajo el látigo de las emociones penosas
Si hay algo en nosotros verdaderamente divino, es la voluntad. Por ella afirmamos la personalidad, templamos el carácter, desafiamos la adversidad, reconstruimos el cerebro y nos superamos diariamente
Te quejas de las censuras de tus maestros, émulos y adversarios, cuando debieras agradecerlas. Sus golpes no te hieren; te esculpen
La Naturaleza nos es hostil porque no la conocemos: sus crueldades representan la venganza contra nuestra indiferencia
Unas veces nos amamos porque nos conocemos, y otras, acaso las más, nos amamos porque nos ignoramos
Como hay talentos refinados por el estudio, hay tontos entontecidos por desuso
Muchas veces he pensado si el mal no está puesto en el Universo como un tema de trabajo y un incentivo a nuestra curiosidad
Apártate progresivamente, sin rupturas violentas, del amigo para quien representas un medio en vez de ser un fin
Se conocen infinitas clases de necios; la más deplorable es la de los parlanchines empeñados en demostrar que tienen talento
¿No tienes enemigos? ¿Es que jamás dijiste la verdad o jamás amaste la justicia?
Hay pocos lazos de amistad tan fuertes que no puedan ser cortados por un pelo de mujer
O se tienen muchas ideas y pocos amigos o muchos amigos y pocas ideas
Nos desdeñamos u odiamos porque no nos comprendemos porque no nos tomamos el trabajo de estudiarnos
Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo, en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia
De todas las reacciones posibles ante una injuria, la más hábil y económica es el silencio
En cuanto el alma pierde la aureola juvenil, los generosos torneos por el aplauso son sustituidos por las egoístas competencias por el dinero
El hombre es un ser social cuya inteligencia exige para excitarse el rumor de la colmena
Razonar y convencer, ¡qué difícil, largo y trabajoso! ¿Sugestionar? ¡Qué fácil, rápido y barato!
Nada me inspira más veneración y asombro que un anciano que sabe cambiar de opinión
La gloria, en verdad, no es otra cosa que un olvido aplazado