Frases de Miguel Hernández. Un poeta y dramaturgo de especial relevancia en la literatura española del siglo XX. Aunque tradicionalmente se le ha encuadrado en la generación del 36.
Frases de Miguel Hernández
Cada día lo desea más mi sangre y se me agranda de amor y se me desbanda, y no llego a comprender por qué no lo he de querer si el corazón me lo manda
No te hieran por la espalda, vive cara a cara y muere con el pecho ante las balas, ancho como las paredes
Aunque bajo la tierra mi amante cuerpo esté, escríbeme a la tierra, que yo te escribiré
El vuelo significa la alegría más alta, la agilidad más viva, la juventud más firme. En la pasión del vuelo truena la luz, y exalta alas con que batirme
Encarnación, yo digo en mi corazón, si soy tonto que lo sea. No me importa: no me muero por ser tonto, tonto estoy, y si sé que tonto soy, sé que hasta tonto te quiero
Desperté de ser niño. Nunca despiertes. Triste llevo la boca. Ríete siempre. Siempre en la cuna, defendiendo la risa pluma por pluma
No sé qué es de mi oreja sin tu acento, ni hacia qué polo yerro sin tu estrella, y mi voz sin tu trato se afemina. Los olores persigo de tu viento y la olvidada imagen de tu huella, que en ti principia, amor, y en mí termina
Ayer amaneció el pueblo desnudo y sin qué ponerse, hambriento y sin qué comer, el día de hoy amanece justamente aborrascado y sangriento justamente
Rueda que irás muy lejos, vuela que irás muy alto. Torre del día eres, del tiempo y del espacio
Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas, cicatrices y heridas, señales y recuerdos del hambre, contra tantas barrigas satisfechas: cerdos con un origen peor que el de los cerdos
Mas Frases de Miguel Hernández
Cuerpos que nacen vencidos, vencidos y grises mueren: vienen con la edad de un siglo, y son viejos cuando vienen
Pero el silencio puede más que tanto instrumento
El hambre es el primero de los conocimientos: tener hambre es la cosa primera que se aprende
Aquí estoy para vivir mientras el alma me suene; y aquí estoy para morir, cuando la hora me llegue; en los veneros del pueblo desde ahora y desde siempre. Varios tragos es la vida y un solo trago es la muerte
Quien se para a llorar, quien se lamenta contra la piedra hostil del desaliento, quien se pone a otra cosa que no sea el combate, no será un vencedor, será un vencido lento
Hoy el amor es muerte, y el hombre acecha al hombre
Coloco relicarios de mi especie a tu talón mordiente, a tu pisada, y siempre a tu pisada me adelanto para que tu impasible pie desprecie todo el amor que hacia tu pie levanto
Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento
No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida
Ríete tanto que mi alma al oírte bata el espacio
Una gota de pura valentía vale más que un océano cobarde
Aunque el otoño de la historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido; jamás renunciaremos ni al más viejo de nuestros sueños
Sangre que no se desborda, juventud que no se atreve, ni es sangre, ni es juventud, ni relucen, ni florecen
No vale entristecerse. La sombra que te lo ha dado. La sombra que se lo lleve