El Fracaso no es el final

El fracaso no es el cierre definitivo

El fracaso no es el cierre definitivo. Hace un tiempo, Michael Jordan, el famoso basquetbolista, protagonizó una campaña publicitaria para Nike. En ella, reflexionaba sobre sus errores en la cancha: tiros libres fallidos y lanzamientos en el último segundo que no encontraron el aro. Aquella publicidad siempre me ha parecido inspiradora porque refleja la perspectiva adecuada sobre el fracaso. Sin embargo, lo que más me sorprendió fue una entrevista posterior con Jordan. Cuando le preguntaron si las cifras mencionadas en el anuncio eran exactas, simplemente respondió: «No lo sé».

Eso me dejó pensando, hasta que entendí: para Jordan, los fallos son irrelevantes. No lleva un registro de cada tiro fallido o juego perdido debido a un error. Simplemente confió en la data proporcionada por Nike.

Al igual que Michael Jordan:

Todos cometemos errores. El triunfo no se trata de evitar el fracaso, sino de enfrentarlo adecuadamente. Como señaló William A. Ward: «El fracaso debería ser nuestro maestro, no nuestro verdugo. Es un desvío, no un callejón sin salida.» Los líderes de éxito no evaden el fracaso; lo gestionan con maestría. A lo largo de mi vida, he llegado a varias conclusiones sobre cómo abordar el fracaso:

  1. Priorizar el éxito antes que el fracaso. Proverbios sugiere que nuestro pensamiento define quiénes somos. Si nos centramos en el fracaso, aumentamos el riesgo de sufrirlo. Como el caso de Karl Wallenda, un equilibrista que, tras contemplar la posibilidad de caer durante meses, finalmente lo hizo. Si te enfocas en el temor al fracaso, las posibilidades de fallar aumentan.
  2. Ver el fracaso como un aliado. Aunque muchos temen al fracaso, los exitosos entienden que puede ser un trampolín hacia logros más altos. Los fallos nos brindan valiosas lecciones. Me esfuerzo porque considero que el intento es más valioso que evitar el fracaso.
  3. Considerar el fracaso como algo pasajero. No conviertas un fallo en tu identidad permanente. Si te obsesionas con un error pasado, podrías estancarte y limitar tu crecimiento.
  4. Aim for successful failures. Como Lincoln indicó, pasar de un fracaso a otro con entusiasmo es crucial. Aprender de los errores es más valioso que no intentar nada.
  5. Ver los fallos como oportunidades. Las adversidades pueden ser momentos de aprendizaje. Si mantenemos una actitud positiva, el fracaso puede ser una herramienta para crecer y entender más sobre nosotros.

Finalmente, el mayor fallo es no intentarlo. Si no damos el primer paso, el éxito siempre estará fuera de nuestro alcance.

 

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