El Emporio Celestial de Navidad
El Emporio Celestial de Navidad. Imagina por un momento que el Creador decide abrir una tienda en el corazón del bullicioso centro comercial de la ciudad durante las festividades. Una tienda sofisticada con ángeles como asistentes, dispuestos a ayudar a cada cliente con sus deseos más profundos. En esta tienda especial, uno podría adquirir todo: amor, felicidad, prosperidad, entendimiento, y cualquier otro deseo del corazón humano.
Un día, un cliente con grandes aspiraciones entró y comenzó a hacer su pedido:
—Deseo encontrar el amor y la felicidad en mi vida.
—¿Hay algo más que le gustaría? —preguntó el asistente celestial.
—¿Acaso hay más que ofrecer? —respondió el cliente, sorprendido.
—Todo lo que su corazón anhele.
El cliente, pensativo, añadió: —Entonces, también quisiera paz interna, prosperidad, alegría y la sabiduría para entender a los demás. Y si es posible, quisiera que todas estas bendiciones también se otorguen a mis amigos, colegas, vecinos, a mi país y al mundo entero.
El asistente asintió, registró el pedido y, al final, le entregó al cliente un pequeño sobre. El cliente, desconcertado, miró el sobre y expresó:
—¿Es esto todo lo que me darán?
El asistente celestial le respondió: —Parece que no comprende el propósito de nuestro emporio. Aquí vendemos semillas, no los frutos ya crecidos. Depende de usted plantar estas semillas en suelo propicio, nutrirlas y cuidarlas con esmero. Si les brinda atención, amor y paciencia, eventualmente crecerán y florecerán, brindando esos dones a todos a su alrededor.
En momentos de introspección y reflexión, sería prudente que cada uno de nosotros busque esas semillas y las riegue con el elixir de la comprensión y el amor. Sabes dónde buscar. Es hora de comenzar.
¿Y quién eres? Una pregunta que trasciende las simples palabras, pues nuestra verdadera esencia va más allá de las formas tangibles y las palabras se quedan en el plano físico.