Carlomagno
El lugar y año exacto del nacimiento de Carlomagno siguen siendo un misterio. Sin embargo, muchos expertos sostienen que nació el 2 de abril de 742, una fecha que muchos consideran precisa.
Hijo de Pipino el Breve y de la reina Bertrada, hay pocos detalles sobre su infancia. Fue su madre, una mujer profundamente devota, quien inculcó en él los valores de la piedad cristiana, amor al prójimo y bondad. Estos principios influirían notablemente en su reinado. A pesar de la profunda sabiduría moral que recibió, su formación académica fue limitada; se dice que aprendió a leer ya en su adultez.
En 768, heredó la parte occidental del reino franco de su padre, mientras que su hermano Carlomán se quedó con la mitad oriental. Tras tres años de tensiones y alianzas políticas, la inesperada muerte de Carlomán en 771 permitió a Carlomagno consolidar el reino franco.
Carlomagno expandió rápidamente sus dominios. En 772, intervino en Italia para ayudar al papa Adriano I y, dos años después, asumió el título real tras derrocar a Desiderio. Continuó sus campañas militares en territorios germanos y, en 778, lideró una expedición a la península ibérica, avanzando por territorios como Gascuña y Navarra.
Su influencia creció a medida que su nombre resonaba por Europa. A través de expediciones adicionales, consolidó su poder en Italia y en 787, estableció firme control sobre el ducado de Benevento y delineó el estado pontificio. Entre 791 y 796, sus tropas se adueñaron de las tierras de los ávaros, que abarcan las actuales Hungría y Austria.
El punto culminante de su reinado se produjo el día de Navidad del 800, cuando fue coronado por el papa León III en la basílica de San Pedro en Roma, proclamándolo como el emperador de los romanos. Las décadas siguientes estuvieron marcadas por más campañas y luchas por el reconocimiento de su imperio.
Anticipando el fin de su reinado, Carlomagno comenzó a organizar su sucesión en 806, planeando repartir sus territorios entre sus hijos. A pesar de sus extensos preparativos, la vida le daría sorpresas. En 814, a la edad de 72 años, falleció en Aquisgrán, actual Alemania, dejando un legado que perduraría en la historia de Europa.