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Capacitaciones: un insumo necesario para las empresas de hoy

 

El avance brutal y aparentemente ilimitado de la tecnología genera en muchas personas la preocupación respecto de que las máquinas reemplazarán a los humanos. Lo cierto es que los años pasan, las innovaciones se multiplican y las personas siguen siendo imprescindibles en la mayoría de las actividades. Ahora bien, es innegable que los descubrimientos y creaciones en materia tecnológica demandan nuevos conocimientos.

Gracias a los avances tecnológicos, hoy existen sistemas, aplicaciones y procedimientos que simplifican, agilizan y acortan procesos empresariales que antes demandaban mucho tiempo. Pero estas modificaciones requieren que el personal de una compañía se mantenga actualizado y cuente con los conocimientos necesarios para usufructuar lo que la tecnología pone a disposición. En este contexto, las capacitaciones para empresas se transformaron en un insumo necesario.

Capacitar al equipo de trabajo es invertir en la empresa

Para la Real Academia Española capacitar es “Hacer a alguien apto, habilitarlo para algo”. Es brindar conocimientos a una persona para que pueda mejorar su tarea y desempeño es pos de un objetivo, ya sea personal o corporativo. En la era tecnológica el concepto se adapta a la adquisición de contenidos para el buen uso de aplicaciones y herramientas que aparecen todo el tiempo para optimizar procesos.

Particularmente, en una empresa la capacitación del personal debe ser vista como una inversión, dado que un equipo de trabajo capacitado y permanentemente actualizado aumentará el rendimiento y la productividad de la compañía que lo emplea. Si las habilidades de los recursos humanos avanzan al ritmo de los sistemas y las maquinarias, las metas empresariales podrán cumplirse de manera más eficaz y destinando menos tiempo y dinero.

A simple vista, capacitar a los empleados y empleadas puede ser considerado por una compañía como un gasto más pero, por el contrario, su capacitación constante puede ser la llave para garantizar la efectividad, disminuir gastos innecesarios y aumentar las ganancias. Un trabajador con conocimientos actualizados está preparado para manejar las aplicaciones empresariales que llegaron para optimizar el funcionamiento del negocio, cualquiera sea el rubro.

Invertir en programas de aplicaciones empresariales y aumentar el conocimiento del plantel de una empresa se traduce en más habilidad y efectividad laboral y, en consecuencia, en eficacia organizacional. Las capacitaciones les permiten a los empleados adaptarse a los cambios permanentes del rubro y a los sistemas recientemente incorporados, mejorar su desempeño, atender y trabajar una falencia particular y prepararse para un nuevo cargo o función.

Una capacitación para cada necesidad empresarial

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 A la hora de determinar un programa de capacitaciones, es importante que la empresa identifique cuáles son las necesidades que presenta y pretende resolver. Mientras que el personal deberá saber con la misma claridad que se lo va a capacitar para cumplir con esa expectativa.

Una vez detectada la necesidad, la compañía debe definir qué conocimientos, aptitudes y/o habilidades deben incorporar los empleados para resolverla y mejorar los resultados actuales. Si la inquietud de la organización es aumentar las ventas, deberá direccionar los contenidos de la capacitación hacia la identificación del público objetivo, por ejemplo.

Además de alternativas en materia temática, existen diferentes formatos de capacitación empresarial. Las hay presenciales, con clases, talleres, charlas de especialistas y workshops, entre otras opciones de aprendizaje; y online, haciendo uso de tutoriales audiovisuales, lecturas, trabajos prácticos, videollamadas y chats. También se puede adoptar una combinación de ambos.

Para elegir la modalidad que resulte más eficiente, la empresa debe tener en cuenta las particularidades de su equipo de trabajo, como ser la disponibilidad horaria de los trabajadores y sus posibilidades en materia de dispositivos disponibles y conexión, de ser necesario.

En el mismo sentido, a una capacitación teórica la empresa puede elegir sumarle encuentros prácticos, en los que los empleados puedan hacer lo que leyeron o escucharon. Para ello, se pueden estipular ejercicios e incluso implementar simuladores.

Una vez finalizado el programa de capacitación, es ideal que se realice una evaluación y análisis de los resultados. Un estudio posterior no sólo servirá para saber si ayudó a resolver la necesidad identificada, si no será útil para organizar, desarrollar y, de ser necesario, mejorar la próxima capacitación.

La capacitación y las aplicaciones empresariales

 

En cualquier empresa u organización, distintas personas se desempeñan en diferentes áreas realizando tareas específicas de manera simultánea. Hoy en día, existen software para simplificar y agilizar la mayoría de ellas, por no decir todas, y muchas corporaciones han adoptado al menos uno.

Las aplicaciones empresariales son sistemas de software diseñados para una determinada tarea, con funciones y herramientas específicas. A través de la automatización, permiten achicar los recursos humanos, optimizar el funcionamiento y rendimiento empresarial y aumentar la productividad.

En función de sus necesidades, objetivos y posibilidades, una empresa puede implementar una aplicación o combinar varias de ellas. De esta manera, tiene la oportunidad de reemplazar procedimientos presenciales, físicos y de vasto papeleo por modernos y ágiles que permiten disponer de datos, actualizarlos, compartirlos e intercambiarlos.

Como se dijo, mantener a su personal constantemente capacitado es muy importante para una empresa. Y si proyecta incorporar aplicaciones para mejorar su operatividad y productividad, podrá direccionar esas capacitaciones al uso de esas nuevas herramientas tecnológicas.

Así, al momento de implementar una aplicación empresarial debe disponer de recursos humanos que cuenten con el conocimiento necesario para ejecutarlas correctamente. Si, por ejemplo, elige automatizar el área de contabilidad y facturación, puede capacitar al personal de esa dependencia para que pueda utilizar un software específico. Haciendo uso de la aplicación y la capacitación adecuadas, un empleado de finanzas puede identificar, buscar y verificar gastos e ingresos, evaluar la rentabilidad y digitar la facturación de la compañía de manera digital.

En conclusión, incluso las empresas más antiguas y tradicionales necesitan modernizar su modalidad de trabajo y adaptarse a los cambios para avanzar al ritmo del mercado digital; al menos intentarlo. Pueden y deben invertir en capacitaciones y aplicaciones tecnológicas, recursos y herramientas para sobrevivir a la era digital, no quedarse en el tiempo, asegurar su posición en el mercado y continuar siendo competitivas.