Caleidoscopio del Corazón
Caleidoscopio del Corazón. En una ocasión, un niño de siete años, lleno de curiosidad y asombro, imploró a su padre por un regalo especial: un caleidoscopio. Esos tubos de espejos y fragmentos de vidrio que, al girarlos, transforman simples destellos en un universo de formas y colores. A pesar de su ceguera, el padre, con manos sabias y sensibles, cortó y pulió cada pieza de cristal con precisión artesanal y, guiado por el tacto y el amor por su hijo, ensambló cada parte en un cono perfecto.
El día siguiente, el niño, con un brillo de emoción en los ojos, llevó el caleidoscopio a la escuela. Al girar el tubo, sus amigos quedaron maravillados con la explosión de patrones y colores que parecían danzar al unísono. La sorpresa fue aún mayor cuando supieron quién había creado esa maravilla.
-¡Oye! ¿Quién te lo hizo? – preguntó un compañero con asombro.
-Mi padre – respondió el niño con orgullo.
-¡Imposible! – exclamó otro, incrédulo – Si tu padre no puede ver…
Hubo un breve silencio, todos los ojos estaban puestos en él. El niño, con una madurez que iba más allá de sus años, reflexionó un instante antes de replicar:
-En efecto, mi padre está ciego de los ojos, pero ve con una claridad que todos nosotros podríamos envidiar. Él mira el mundo con su corazón, y su visión interna es más aguda que la vista que depende de la luz. Con sus manos, él siente colores que nosotros apenas podemos imaginar.
El niño giró nuevamente el caleidoscopio y continuó:
-Cada figura que ven aquí es más que un juego de luz y sombra; es una enseñanza de que hay más maneras de ver el mundo de las que nuestros ojos nos permiten. Mi padre, en su oscuridad, me enseñó que la verdadera luz proviene del corazón, y que la belleza no se limita a lo que se puede ver.
Aprendamos, pues, que no solo se ve con la mirada, sino también con el alma. Y que aquellos que parecen vivir en la oscuridad a veces son los que realmente tienen la capacidad de revelar la luz más deslumbrante, enseñándonos que el verdadero caleidoscopio es aquel que cada uno lleva dentro.