No cuestiones tanto

En la filosofía oriental, Chuang Tzu plantea una reflexión profunda: «El propósito de las palabras es comunicar ideas. Cuando las ideas son comprendidas, se olvidan las palabras. ¿Dónde puedo encontrar un hombre que haya olvidado las palabras? Con ese quisiera yo hablar». Este principio resuena en mis clases, donde enseño dos técnicas orientales, el Tai Chi y la Meditación, como herramientas para la relajación, concentración, antiestrés y crecimiento personal y espiritual.

Con años de experiencia, he observado actitudes comunes en aquellos que participan en mis clases. Una pregunta recurrente surge en las primeras lecciones: «¿Qué libro recomienda para aprender más sobre esto?» Mi respuesta siempre es la misma: «No necesitas leer ningún libro para aprender Tai Chi o Meditación, practica. Ven a las clases sin expectativas de cuánto aprenderás, sin insistir en el aprendizaje intelectual de la técnica. En el camino del crecimiento espiritual, la sabiduría es más crucial que el conocimiento».

El conocimiento se encuentra en libros, cursos y en la academia, pero la verdadera sabiduría se obtiene a través de experiencias. Muchos sabios no han asistido a instituciones educativas, aprendieron de la naturaleza, las cosechas, el clima y sus propias vivencias. Son felices al comprender que están de paso, como el agua del río o una flor en primavera. No se apegan a nada, como la superficie de un lago que refleja todo pero nada retiene.

La enseñanza es clara: no cuestiones tanto, no busques en el conocimiento lo que está en la sabiduría. Vive el milagro de la existencia, la conexión entre cuerpo y espíritu. Descubre la ternura en tu alma, la misma ternura que ves en un recién nacido. Al abrazar la dualidad de ser materia y espíritu, encontramos lo que muchos buscan, pero solo unos pocos entienden. La verdadera riqueza está en vivir la experiencia, no solo en comprenderla intelectualmente.