Charles M. Schulz
Charles M. Schulz nació en St. Paul, Minnesota, el 26 de noviembre de 1922. Apenas dos días después de su nacimiento, su tío le puso el apodo de “Sparky”, nombre inspirado en Sparkplug, el caballo de Barney Google, una popular historieta de la época. Este apodo marcó su ingreso al mundo de las historietas.
La inteligencia de Schulz se manifestó tempranamente, siendo seleccionado como estudiante excepcional en segundo grado en la escuela primaria Richard Gordon de St. Paul, y ascendido por su genialidad en tercer y quinto grado.
Hijo de un barbero, el creador de Snoopy, Charles M. Schulz, aprendió a dibujar en un curso por correspondencia. Su inspiración provenía de un cachorro que tuvo a los 12 años, llamado Spike.
Durante el tiempo en que tomaba el curso, Schulz tuvo una interrupción, pero al regresar consiguió trabajo como instructor en una escuela de dibujo por correspondencia y, además, trabajó en un libro cómico para una iglesia.
En la vida de Schulz ocurrió un evento doloroso que, a pesar de todo, le sirvió para describir un episodio de su vida en los cómics. Este fue no casarse con una pelirroja de la que se enamoró. Los lectores recordarán que Charlie Brown tiene un romance no correspondido con la Little Red Head Girl (La pequeña pelirroja), un personaje tan idealizado que jamás apareció dibujado en la historieta.
Luego de superar este desamor, Schulz se casó y formó una familia con su esposa Jeannie, con quien tuvo cuatro hijos: Amy, Jill, Meredith y un varón. Amy fue especialmente reconocida ya que, casi todos los 5 de agosto, su padre incluía en la tira la frase escondida “Happy Birthday Amy”. Cuando el editor decidió omitir la referencia, los lectores protestaron, por lo que nunca más fue omitida. Amy también inspiró algunos diálogos de los personajes de la historieta con sus comentarios infantiles. Por ejemplo, una ocurrencia de ella a los 3 años inspiró a Schulz a hacer que Linus dijera: “¿Estoy untando el pan con mucho ruido para tu gusto?”. Amy reside en Alpine, Utah, rodeada de una gran familia, practica equitación en su rancho y atiende personalmente su propia librería. Conserva algunos originales de su padre en una caja fuerte, resistiendo las ofertas de numerosos editores interesados en comprarlos.
Snoopy hizo su debut el 2 de octubre de 1950, apareciendo en siete periódicos, a saber: The Washington Post, The Chicago Tribune, The Minneapolis Star/Tribune, The Allentown Call Chronicle, The Bethlehem Globe-Times, The Denver Post y The Seattle Times. Según un sociólogo del Boston College, la tira cómica «Peanuts» transmitía el mensaje de que la esperanza nunca se pierde, aunque siempre se vea frustrada.
La tira reflejaba un canto a la esperanza en diferentes formas: un niño esperando la visita de la Gran Calabaza, la esperanza de Lucy de ganarse la atención de Schroeder, y un perro empeñado en escribir «La Novela Americana» en el techo de su casa. A pesar de abordar temas como la inseguridad, la intolerancia y la depresión, la tira trataba estas emociones con un humor sutil y un enfoque en la esperanza y el optimismo.
Durante la época de su debut, predominaban las tiras de acción y aventura, pero Schulz se distinguió por dibujar las sensaciones de la vida y explorar temas variados como la literatura, la música y la teología. A pesar de los desafíos, la tira superó las dificultades y los personajes se hicieron fácilmente reconocibles para los lectores.
Schulz recordaba con nostalgia su infancia y expresó su deseo de regresar a esos tiempos en sus escritos. La popularidad de la tira cómica creció enormemente, siendo publicada en miles de periódicos y leída por millones de personas en todo el mundo.
La transición de la tira cómica a otros medios le valió a Schulz reconocimientos como cinco Emmys y dos premios Peabody. Además, en 1990, Francia lo honró con el título de Caballero de las Artes y de las Letras. Schulz se mantuvo fiel a su obra, dibujando personalmente cada aspecto de sus tiras y estableciendo una cláusula en su contrato para evitar que otros continuaran su obra después de su muerte.
La influencia de Schulz fue tal que abrió camino a otros dibujantes, como Cathy Guisewite, la creadora de “Cathy”. En 1958, la Universidad de Yale lo nombró dibujante del año. Además de las tiras cómicas, los personajes de Schulz inspiraron tarjetas de felicitación, obras de teatro, películas, parques de diversiones y libros, que han vendido millones de copias.
En 1962, la tira cómica «Peanuts» fue nombrada “Mejor Tira de Humor del Año” por la Sociedad Nacional de Dibujantes, solidificando el legado de Schulz en el mundo de las historietas.
En los años 1955 y 1964, Charles M. Schulz fue galardonado con el prestigioso premio “Reuben” por su tira cómica. Además, se realizaron dos retrospectivas de su obra: una exposición itinerante en 1985 por el Museo de Oakland, California, y otra en 1990 en el Museo de Artes Decorativas de París, Francia.
En 1978, Schulz también fue reconocido como dibujante internacional del año. El año 2000 marcó la celebración del 50 aniversario de Snoopy. Charles se sintió inspirado para crear un museo en su honor tras ver el trabajo que el artista Yohitinie Otani había realizado con su tira en los almacenes de Snoopy Town en Japón. Este fue el impulso que necesitaba para concretar la visión y misión del museo, seleccionar el lugar y encontrar al contratista encargado.
Antes del 29 de junio del 2000, ya se estaba invitando al público a la inauguración del museo en honor a Charles M. Schulz. Este museo, valorado en 8 millones de dólares, es el primero en Estados Unidos dedicado a un caricaturista y se encuentra en Santa Rosa, California. Se espera que atraiga a 200,000 visitantes. Schulz supervisó cada etapa de la construcción. Su esposa mencionó que era muy modesto y se centraba únicamente en su trabajo, sin darle mucha importancia a la idea de un museo en su honor.
Tras su retiro en el año 2000, Schulz se despidió afectuosamente de sus lectores con “Snoopy al final”. Un barco llamado “Voyager” de la línea del Caribe inició una travesía en 2000 para celebrar el aniversario de la tira cómica. Actualmente, cerca de 100 sindicatos de dibujantes rinden homenaje a Charles Schulz, apodado “Sparky” por sus amigos. El evento fue organizado por Luckovich, ganador de un Pulitzer, quien mencionó que Schulz valoraba más la dedicación a su arte y la inspiración que ofrecía a otros, que los reconocimientos profesionales.
La tira cómica de Snoopy ha ganado tal reconocimiento que grandes empresas internacionales como Ford patrocinan eventos como el de St. Paul, donde se exhibieron 75 estatuas de Snoopy en diferentes ubicaciones para deleite de sus fanáticos. Snoopy, el joven beagle, se ha convertido en un símbolo universal de diversión y felicidad, destacando por su independencia, personalidad fuerte y habilidades en deportes. Schulz creó diversos personajes como Joe Fresco, As del Vuelo, As Literario, Explorador del Beagle y Abogado, demostrando su ingenio y viva imaginación.
La tira cómica, conocida en diferentes partes del mundo como “Peanuts”, “Snoopy”, “Rabanitos” o “Charlie Brown”, ha capturado la imaginación de personas de todas las edades. Durante 50 años ininterrumpidos, Schulz nos sumergió en un mundo que reflejaba la infancia de la humanidad, lleno de magia, frustraciones y sabiduría. A través de sus dibujos, Schulz, un ferviente cristiano, intentó transmitir principios de fe, esperanza, compasión y amor.
“Peanuts”, con su personaje icónico Snoopy, presentaba una representación íntegra de la condición humana a través del prisma infantil. No solo exponía la habilidad infantil para hallar paz en una existencia aparentemente sin sentido, sino que también reflejaba la tendencia a buscar explicaciones absurdas y a creer ciegamente en todo para satisfacer la búsqueda interna.
Snoopy hizo su debut en el mundo de la publicidad en 1958, como un pequeño juguete de plástico. Desde entonces, ha generado ingresos por mil millones de dólares anuales, gracias a productos como tarjetas Hallmark y anuncios para la aseguradora MetLife. Se comenta que Schulz rara vez rechazaba propuestas que promovieran la imagen de Snoopy.
La popularidad del cómic ha llevado a la aparición de Snoopy en estampillas postales, a la creación de parques temáticos en Japón y Singapur, y a la organización bienal de la Fiesta del Sabueso en Santa Rosa, la cual goza de gran popularidad y concurrencia.
Los fans de Snoopy muestran una devoción sin igual, creando clubes, páginas de internet y compartiendo información sobre la historieta. Entre las curiosidades del cómic, Snoopy ha adoptado más de cien roles distintos, desde piraña hasta John McEnroe.
Schulz, un fanático del hockey herencia de su abuela, financió la construcción del Redwood Empire Ice Arena en Santa Rosa, donde se celebra anualmente el Torneo de Hockey Mundial de Snoopy desde 1975.
El aprecio por Schulz quedó en evidencia tras su hospitalización en diciembre de 1999, con numerosos tributos y mensajes de admiración por parte de otros dibujantes destacados de Estados Unidos. A pesar de no seguir creando tiras nuevas, United Media continuó publicando tiras antiguas, permitiendo a las nuevas generaciones disfrutar de las aventuras de Charlie Brown y sus amigos.
Tras la muerte de Schulz, el Redwood Empire Ice Arena cerró en señal de luto, y rápidamente se vio rodeado de flores, muñecos de Snoopy, velas y mensajes amorosos de los lectores de Snoopy. Hasta el día de hoy, se celebran eventos temáticos de patinaje artístico en honor a Snoopy y Charlie.
La secretaria de Schulz, Edna Poehner, recibía después de su muerte unas 500 cartas diarias de fans, a lo que ella respondía que, aunque Schulz quería dibujar algo para todos, era demasiado agotador para él.
El último álbum publicado fue «Peanuts – A Golden Celebration», que incluye entrevistas personales y la historia de cada personaje. Actualmente, se planea construir un parque temático de Snoopy en China para la primera mitad de 2004.
Schulz vivió en su propio mundo, encontrando su Dharma en el dibujo, y nunca afirmó identificarse con un personaje en particular, ya que consideraba que él era todos los personajes. A pesar de esto, muchos de ellos estaban inspirados en personas reales de su vida.
Schulz nos recordó, a través de su cómic, que aunque las heridas de la infancia puedan permanecer frescas, tenemos la capacidad de sanar mediante el humor. Quizás esta fue la clave del éxito universal de Snoopy, la combinación de elementos de la vida real y humor.
Sin embargo, Schulz también tuvo sus luchas. Desde joven, mostró una propensión al fracaso, era extremadamente tímido, y enfrentó numerosos rechazos. A pesar de ser el mejor dibujante de la escuela, sus dibujos nunca fueron publicados en el almanaque anual del colegio.
A los 17 años, Schulz se inscribió en una escuela de dibujo por correspondencia, donde sacó la peor nota en “Dibujo de Niños”. La Segunda Guerra Mundial interrumpió su curso, y fue alistado en el ejército, donde ascendió a Sargento Jefe.
Schulz sufrió la pérdida de su madre a los 20 años y fue enviado al ejército poco después, lo que dejó cicatrices emocionales que llevó consigo toda su vida. Se enamoró de una mujer que se casó con otro, y vivió con una sensación persistente de soledad y rechazo.
A pesar de los obstáculos, Schulz logró vender su primer cómic, aunque enfrentó problemas con el nombre de la tira, que finalmente se llamó “Peanuts”, un nombre que nunca le agradó. Sin embargo, Snoopy y Schulz seguirán vivos en los corazones de quienes los aman, dejando un legado imborrable en la humanidad.
Antes de la aparición de Snoopy, las tiras cómicas que protagonizaban niños se centraban únicamente en travesuras que volvían locos a los padres. Sin embargo, Schulz introdujo un mundo más realista, representando niños frustrados, ignorados, tristes y solos, quienes enfrentaban incertidumbres y preocupaciones. Este enfoque generó controversias y coincidió con una época en la que la sociedad comenzaba a dar más importancia a la infancia y a tratarla con más respeto, considerándola como «La minoría sagrada», tal como lo expresó Dostoyevski en «Los hermanos Karamazov».
Aunque la cultura americana valora la amistad, sinceridad e imparcialidad, Schulz percibía y transmitía, a través de sus cómics, un sentimiento subyacente de aislamiento individual.
Schulz siempre vivió con el miedo o la creencia de que las entrevistas televisadas y su fama podrían cancelarse en cualquier momento, o que la popularidad de Snoopy se vería afectada si la gente descubría que solo era una tira cómica y que él, Schulz, no tenía importancia. Temía que esta división entre su obra y él mismo atraería la desgracia.
Schulz padecía de Parkinson y, después de varias recaídas en noviembre de 1999 y una operación, se le diagnosticó cáncer de colon. Después de la operación, se retiró a su casa en las colinas, expresando su deseo de sentirse mejor al día siguiente. Sus ideas eran cada vez menos, y después de un ataque de Parkinson, manifestó que ya no encontraba las palabras adecuadas.
Oficialmente, Schulz se retiró el 14 de diciembre, tras 49 años de crear cómics, y falleció el 12 de febrero del 2000, un día antes de que su última tira cómica apareciera en los periódicos. Murió a la edad de 77 años, por complicaciones de cáncer, sufriendo un infarto en su cama.
El último cómic que creó se publicó un día después de su muerte. En él, un pequeño Snoopy dibujaba en una pizarra el mensaje de despedida de Schulz, donde expresaba su gratitud por la lealtad de los lectores y declaraba su imposibilidad de mantener el ritmo de trabajo necesario para una tira diaria, anunciando así su retiro. A pesar de su retiro, Schulz nunca olvidaría a sus queridos personajes.
Schulz mostró una dedicación excepcional a su trabajo; durante casi 50 años, solo se tomó unas vacaciones del 27 de noviembre al 31 de diciembre de 1997.