Armando Reverón

Armando Reverón

Armando Reverón nació el 10 de mayo de 1889 en Caracas, siendo hijo de Julio Reverón Garmendia y Dolores Travieso Montilla. Se destacó como pionero en diversas formas de arte como el happening, ensamblaje artístico, instalación, intervención, escultura textil y el móvil. Se estima que su obra comprende cerca de 600 piezas, incluyendo pinturas, dibujos, objetos y sus reconocidas muñecas de trapo.

Desarrolló gran parte de su obra en ciudades como Barcelona, Madrid y París. Contrajo matrimonio con Juanita Mota y en 1921 se estableció en La Guaira, donde construyó «El Castillete», que servía como su taller y hogar. Su carácter excéntrico le valió el apodo de «Loco de Macuto», y fue admirado por figuras como Pablo Picasso, Jesús Soto y Fernando Botero. Sin embargo, su obra solo obtuvo reconocimiento después de su fallecimiento, y en 2007, el MoMA le dedicó una retrospectiva, siendo la primera a un venezolano y la cuarta a un pintor latinoamericano después de Diego Rivera (1931), Cândido Portinari (1940) y Roberto Matta (1957).

En cuanto a su infancia, Armando Reverón fue entregado por su madre a un matrimonio en Valencia, los Rodríguez-Zucca, donde comenzó su educación artística. Después de sufrir tifus entre los 12 y 13 años, se mudó a Caracas en 1904, donde se inscribió en la Academia Nacional de Bellas Artes y continuó desarrollando su arte. En 1910, viviendo con su madre en una pensión, fue nominado para una beca de estudios en Europa, lo que lo llevó a Barcelona y posteriormente a Madrid, donde estudió el trabajo de maestros como Goya, el Greco y Velásquez.

A finales de 1912, regresó a Venezuela, pero después de una corta estadía, volvió a España y se inscribió en la Academia de San Fernando de Madrid. En París, Reverón mostró resistencia a las obras de artistas en boga en la ciudad. En 1915, regresó a Caracas, donde conoció a varios artistas e intelectuales, y comenzó a visitar regularmente el Círculo de Bellas Artes.

En 1917, tras la muerte de su hermana de crianza Josefina Rodríguez-Zucca, Reverón experimentó una profunda depresión. En los años siguientes, continuó desarrollando su estilo propio y enfrentando desafíos económicos. A principios de la década de 1930, empezó a pintar autorretratos y Alfredo Boulton organizó una exposición para ayudarlo, aunque con escaso éxito en ventas.

Durante la segunda mitad de la década, Armando Reverón empezó a trabajar con materiales reciclados y definir el período sepia de su obra. Construyó un rancho para su madre anciana y enferma, mientras Juanita cuidaba de Doña Dolores. El 2 de enero de 1942, su madre falleció, lo que afectó profundamente a Reverón, aunque se recuperó y continuó pintando.

En la década de 1950, con la ayuda de otros artistas, expuso su obra y recibió el Premio Nacional de Pintura en 1953. Sin embargo, continuó enfrentando desafíos mentales y viviendo de manera retraída en El Castillete. Falleció a los 65 años en el Sanatorio San Jorge de Catia, después de ser diagnosticado de esquizofrenia. Desde 2016, sus restos descansan en el Panteón Nacional de Venezuela.