Adam Smith
Adam Smith, un icono de la economía y la filosofía, nació en 1723 en Escocia y quedó huérfano de padre al nacer, siendo criado por su madre en Kilcardy. A la edad de catorce años, ingresó en la Universidad de Glasgow, donde fue influenciado por Francis Hutcheson, previo maestro de David Hume, quien inculcó en Smith fundamentos de la libertad política.
En 1740, una beca llevó a Smith a Oxford, específicamente al Balliol College. A pesar de la decadencia educativa de la institución, Smith aprovechó para cultivarse a través de la lectura extensiva. Posteriormente, retornó a Kilcardy y empezó su carrera docente en la Universidad de Edimburgo, antes de obtener una cátedra en la Universidad de Glasgow.
Su experiencia docente en Glasgow inspiró su obra «The Theory of Moral Sentiments», publicada en 1759. Esta obra captó la atención de Charles Townshend, quien ofreció a Smith ser tutor del joven duque de Buccleuch. Esta posición llevó a Smith a emprender un extenso viaje por Europa, donde en Toulouse, empezó a desarrollar lo que sería su obra magna, «An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations».
Tras su retorno a Gran Bretaña en 1766, Smith se dedicó a la culminación de su obra, que se publicó en 1776, alcanzando renombre inmediato. Su estudio se centró en la generación de la riqueza, argumentando que esta derivaba del trabajo, a diferencia de teorías mercantilistas y fisiocráticas previas.
El análisis de Smith sobre la división del trabajo y el crecimiento económico, presentado en el Libro IV de su obra, propuso que la libertad en la sociedad conduciría a la máxima riqueza posible. Basado en el equilibrio de motivos humanos, postuló que satisfacer el propio interés resultaría en el beneficio de la sociedad, a través de la producción de bienes deseados en cantidades adecuadas, reguladas por la “mano invisible” del mercado.
El concepto de la “mano invisible” también aplicaba al mercado de factores de producción, garantizando armonía y máxima riqueza bajo libre competencia. Sin embargo, cualquier restricción a la competencia interrumpiría este mecanismo, resultando en consecuencias para la sociedad.
«La Riqueza de las Naciones» no solo sistematizó el pensamiento económico alrededor de los mercados, sino que también proporcionó una base intelectual a los industriales emergentes, influyendo en políticas económicas británicas por décadas. A pesar del impacto de las teorías de Thomas Malthus y David Ricardo, el legado de Adam Smith perduró, modelando su generación y las subsiguientes.
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