El deseo de vivir a plenitud
El deseo de vivir a plenitud. “¿Vivir como realmente anhelo? Suena complicado en estos tiempos. Tengo responsabilidades, una familia que depende de mí. Pero lo que tengo y he vivido es bastante”.
Tal vez te identificaste con esas palabras al leer el encabezado. Hay quienes sienten que la vida simplemente les «sucede».
Recientemente, respondí a correos de seguidores que me compartieron sus inseguridades de cara al nuevo año. Una pregunta recurrente era: ¿Cómo puedo vivir la vida que deseo y no la que otros esperan de mí?
Me recordó a una historia del psicólogo Ricardo Ros:
Mariángeles siempre ha vivido a la sombra de otros: su madre, luego su esposo. Ella relataba cómo su madre decidió su profesión y su marido controla todos los aspectos de su vida. Se siente atrapada en una realidad que no escogió.
A ella, y a otros en situaciones similares, les diría lo que siempre menciono en mis charlas: No te limites buscando aprobación ajena. Vive para ti, pues nadie más tiene el poder de decidir por ti. Tú eliges.
He conocido a muchas personas como Mariángeles. Aunque desean un cambio, sienten que están predestinadas al fracaso.
Es posible que tu situación no sea exactamente como la de Mariángeles, pero quizá te sientas identificado. Es un dilema común: el deseo versus la obligación. Sin resolverlo, es difícil alcanzar la plenitud.
A partir de esos correos, reflexioné sobre varias preguntas:
¿Vives como siempre soñaste? ¿Por qué, a pesar de tenerlo todo, muchos no logran su ideal?
Identifiqué 5 razones:
- Descreencia en lo posible: Desde niños, nos inculcan ciertas limitaciones. Imaginar una vida próspera, llena de felicidad y buenos momentos, puede ser visto como un acto egoísta por muchos.
- Percepción de dificultad: Hay quienes sienten que anhelar más es sinónimo de sufrir.
- Negatividad predominante: Desear prosperidad pero alimentar la envidia, por ejemplo, es contraproducente.
- Falta de propósito: Algunos simplemente viven por vivir, sin un propósito claro que guíe sus acciones.
- Vivir para otros: Buscar la aprobación ajena puede ser asfixiante y limitante.
Para quienes buscan el cambio, sugiero:
Consciencia: Reconoce tu valía. Somos seres con potencial ilimitado. Enfoque: Prioriza lo que realmente importa. Confía en ti: Escucha consejos, pero no dejes que definan tu vida. Actúa: Atrévete a seguir tus instintos. Suelta: Una vez que actúes, confía en el proceso.
Recuerda que cada elección refleja nuestra vida. Anímate a buscar lo que deseas, no como una queja, sino como una evolución espiritual que beneficia a todos. El amor propio es la base.