Asuma el mando
Asuma el mando. En tiempos recientes, he compartido experiencias con individuos de diversos rincones del planeta, ya sea en conferencias, presentaciones de libros, talleres, correos o sesiones de Coaching.
Muchos me hablan o buscan consejo sobre eventos inesperados que alteran su existencia. Ya sea un divorcio, la muerte de un ser querido, perder un empleo o dinero, o simples roces con otros.
Perder el control en cualquier aspecto de nuestras vidas puede provocar temor e incertidumbre. Lo que dábamos por sentado cambia. Lo que veíamos como obvio, de repente ya no lo es.
Podemos notarlo incluso físicamente: el corazón late más rápido, la respiración se acelera, aparece el nerviosismo.
Sin embargo, en esos momentos difíciles, mantener una mentalidad positiva puede ser transformador. Tal vez el desafío persista, pero poseemos la fortaleza para adoptar una perspectiva diferente, y ahí radica la clave del triunfo.
La actitud mental positiva se basa en esa forma de «observar». He comprendido que quizás no tengamos control sobre los eventos, pero sí sobre cómo reaccionamos ante ellos.
Nuestra perspectiva puede cambiar si adoptamos un enfoque más optimista y realista. Incluso circunstancias que parecían adversas pueden dejarnos aprendizajes duraderos.
Considere la lluvia. Para algunos, es fuente de alegría, beneficiando cosechas y futuros ingresos. Para otros, puede evocar tristeza o melancolía. Sin embargo, he aprendido que la lluvia no define nuestro estado de ánimo; nosotros le otorgamos el significado.
Ningún factor externo tiene el poder de afectar nuestro bienestar, a menos que lo permitamos. Todo depende de la perspectiva con que lo veamos.
Asumir el control significa cambiar nuestra percepción. Al hacerlo, no modificamos a los demás, sino nuestra reacción ante ellos.
Comprender que la realidad es subjetiva y que cada uno tiene su interpretación nos permite tomar el control de nuestras acciones y emociones, evitando percibir todo como un ataque personal.
El bienestar radica en cómo interpretamos y manejamos nuestras experiencias. Las vivencias pasadas forman parte de nuestra historia, pero eso no nos define. Podemos cambiar en cualquier instante.
Le propongo un ejercicio: piense en un problema que le genere conflicto. Visualícelo como una imagen mental. Modifique ciertos aspectos de esa imagen, como el color o el tamaño, y observe cómo cambia su sentimiento hacia ella.
Esta técnica demuestra cómo nuestra percepción puede alterarse.
Todos somos capitanes de nuestro destino. Dirigimos nuestra vida según nuestras decisiones y somos capaces de hallar paz a pesar de los obstáculos.
No tema, asuma el mando y sea el protagonista de su relato.