Las superproducciones de Hollywood tienen un duro competidor
Hace algunos años, el dominio del séptimo arte en el sector del ocio a nivel mundial, era incontestable. Con el transcurso del tiempo, y la irrupción de las nuevas tecnologías, esa oferta para el disfrute aumentó ostensiblemente, abriendo a que los usuarios optaran por otro ocio de diferente naturaleza. Con ello, el consumo de las superproducciones de Hollywood se veía estancadas en detrimento de los videojuegos, hasta llegar a la actualidad, en las que ambos campos están prácticamente igualados en cuanto a cifras de negocio anuales. Un reciente estudio del casino online Betway pone de manifiesto este cambio de tendencia a nivel mundial, colocando incluso a todo el sector gaming por delante del cinematográfico. Tendencia que previsiblemente seguirá acrecentándose en un futuro cercano, puesto que las innovaciones no paran de llegar al ámbito de los videojuegos.
La realidad virtual es la última ventana que está cambiando diametralmente la concepción del juego por millones de personas a nivel mundial. Como cualquier novedad del mercado, los costes por los que se puede adquirir son privativos para gran parte de los fieles al gaming, pero con el paso del tiempo, los precios bajarán y se extenderá su uso. No en vano, pese a lo que el gran público podría pensar, el pasado año la RV recaudó 22.000 millones de dólares, esperando doblar esta cifra en menos de cinco años.
Poniendo el foco en los videojuegos tradicionales, algunos de ellos se han convertido en sagas de culto, haciendo que sus títulos más recientes hicieran romper la banca del mercado, tanto en el fin de semana de su estreno, como a lo largo de sus años de vida en los que se encuentran a la venta.
En el año 2013, Grand Theft Auto V abrió la veda, con unos registros en cuanto a ventas, a la altura de las mayores superproducciones de Hollywood. Tras el título de Rockstar Games, cogieron el testigo otros videojuegos como Fortnite o Call Of Duty, colocando al sector como uno de los más fructíferos económicamente a nivel planetario, sin encontrar aún su techo en un horizonte cercano.