Frases de Vicente Espinel
Frases de Vicente Espinel. Un sacerdote; escritor y músico español del Siglo de Oro, autor de una novela picaresca; la Vida del escudero Marcos de Obregón.
Frases de Vicente Espinel
El vino templado con agua da esfuerzo al corazón, color al rostro, quita la melancolía, alivia el camino, da coraje al más cobarde, templa el hígado, y hace olvidar todos los pesaresEl que con buen ánimo acomete el trabajo, la mitad tiene hechoLos padres, o por tener más experiencia que los hijos, o por ser hechura suya y conocer sus inclinaciones, o por haberlos criado y conocer de qué pie cojean, o por el amor entrañable que les tienen, son algo profetas de los bienes o de los males de los hijosEl obedecer a nuestro superior es hacerlo esclavo nuestroEl rendirse a la fuerza, yo creo que es de ánimos valerososLa traición la emplean únicamente aquellos que no han llegado a comprender el gran tesoro que se posee siendo dueño de una conciencia honrada y pura Quin tiene aliento para asirse tropezando, también lo tendrá para levantarse cayendo: quien se arrepiente, cerca está de la enmiendaSi bien quisieran los hombres sencillos advertir a las cautelas, echarían de ver que una cortesía sin tiempo, una amistad sin razón ni conocimiento, un comedimiento no acostumbrado, unas ceremonias no debidas, traen consigo más daño que provecho para aquel con quien se usanLa codicia coge y ciega todas las potenciasHaré con vuestra merced lo que con mis amigos, que es en la elección aconsejarles le mejor que sé, y en la determinación, ayudarles lo mejor que puedoVive con seguridad quien hace lo que puede sirviendoHago el bien que puedo con lo poco que tengo, que es más de lo que yo merezcoAl daño hecho es mala la corrección temprana
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¡Oh, libros, fieles consejeros, amigos sin adulación, despertadores del entendimiento, maestros del alma, gobernadores del cuerpo, guiones para blen vivir y centinelas para bien morir! ¿Cuántos hombres de oscuro suelo habéis levantado a las cumbres más altas del mundo? ¿Y cuántos habéis subido hasta las sillas del cielo? ¡Oh, libros, consuelo de mi alma, alivio de mis trabajos, en vuestra santa doctrina me encomiendo!Arrepentirse del bien que se ha hecho no cabe en ánimos noblesHay algunos jueces, aunque pocos, que no quieren dejar delito para el tribunal de DiosLas desgracias nos traen a la memoria las misericordias de Dios, y no los pecados, por que las merecemosMás agradece el enfermo la medicina que le cura, que no el consejo que le preservaLos agravios no se han de recibir, si no van muy descubiertos, y aun desto se ha de quitar cuanto fuere posible; desapasionándose y haciendo reflexión en si lo son, o noQuien quisiera meter cizaña entre dos grandes amigos, haga que jueguen el uno contra el otro; que no ha menester más fuerza el diablo para hacerles grandes enemigos tal es la fuerza del odio que se cobra
en el juegoLos libros hacen libre a quien los quiere bien