Frases de Fiodor Dostoievski
Frases de Fiodor Dostoievski. Fue uno de los principales escritores de la Rusia zarista, cuya literatura explora la psicología humana en el complejo contexto político, social y espiritual de la sociedad rusa del siglo xix.
Frases de Fiodor Dostoievski
La naturaleza puede ser corregida, enmendada, pues de no ser así quedaríamos sepultados bajo los prejuicios. Sin eso no habría ni un solo gran hombre
En el mundo no hay nada tan difícil como la franqueza y nada tan fácil como la lisonja
En nuestro planeta, solo podemos amar sufriendo y a través del dolor. No sabemos amar de otro modo ni conocemos otra clase de amor
Es mejor equivocarse siguiendo tu propio camino que tener razón siguiendo el camino de otro
¿Qué es el infierno? Yo sostengo que es el sufrimiento de ser incapaz de amar
¡Cuán bueno hace al hombre la dicha! Parece que uno quisiera dar su corazón, su alegría. ¡Y la alegría es contagiosa!
Amo a la humanidad, pero, para sorpresa mía, cuanto más quiero a la humanidad en general, menos cariño me inspiran las personas en particular
Es difícil juzgar la belleza: la belleza es un enigma
Creo en la vida eterna en este mundo, hay momentos en que el tiempo se detiene de repente para dar lugar a la eternidad
El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor
Hermanos, no temáis al pecado de los hombres; amad al hombre aún en su pecado, pues un tal amor aseméjase a Dios
El hombre se complace en enumerar sus pesares, pero no enumera sus alegrías
La mujer, sólo el diablo sabe lo que es; yo no lo sé en absoluto
El secreto de la existencia no consiste solamente en vivir, sino en saber para que se vive
Es al separarse cuando se siente y se comprende la fuerza con que se ama
Los celosos son los primeros que perdonan, todas las mujeres lo saben
Hay que querer hasta el extremo de alcanzar el fin; todo lo demás son insignificancias
Se sufre de dos clases de celos: los del amor y los del amor propio
Después de un fracaso, los planes mejor elaborados parecen absurdos