No más propósitos de año nuevo

Dejemos de lado los propósitos de año nuevo

Dejemos de lado los propósitos de año nuevo. Es interesante observar que, para muchos, las resoluciones anuales parecen una repetición constante: desde intentos de mejorar hábitos alimenticios, dejar el cigarrillo, perder peso, buscar nuevos horizontes laborales, hasta profundizar la conexión espiritual. La reiteración de estas metas año tras año sugiere un patrón: no logramos cumplirlas. ¿La razón?

“Este año, he decidido que mi única resolución será no establecer más resoluciones de año nuevo”. Así me respondió Adriana, una participante en uno de mis seminarios, cuando indagué sobre sus aspiraciones para el año entrante. Comentó que, pese a listar meticulosamente sus metas año tras año, solían quedarse en meras intenciones. Tras las celebraciones, la rutina retornaba y la promesa de un «nuevo comienzo» se desvanecía.

Es una realidad que muchos enfrentan con sus resoluciones anuales. Comienzan con entusiasmo y, meses después, esas intenciones quedan olvidadas. Algunos se comprometen a hacer ejercicio, pero se desaniman tras los primeros achaques. Otros prometen una alimentación más balanceada, pero posponen su inicio, pasando de una festividad a otra, hasta abandonar un plan que nunca pusieron en práctica. ¿Te resulta familiar?

Sin embargo, hay esperanza para quienes deseen aprovechar el nuevo año para implementar cambios positivos en sus vidas. Tras observar cómo buenas intenciones se convertían en decepciones, decidí proponer una guía sencilla para hacer de este año el momento de concretar tus metas.

Guía para materializar tus metas:

  1. Documenta tus aspiraciones. Las ideas en tu mente son volátiles. Escríbelas para poder revisarlas, priorizarlas y monitorear tus avances.
  2. Sé concreto. En vez de decir “quiero perder algo de peso”, especifica cuánto. La claridad en tus objetivos se traduce en resultados claros.
  3. Establece metas alcanzables. Esto no significa limitarte, sino más bien iniciar con pasos pequeños para lograr grandes objetivos. Celebrar logros menores te motivará a seguir adelante.
  4. Actúa ahora. No dejes para mañana lo que puedes empezar hoy. La proactividad es esencial. Postergar acciones es postergar tu éxito.
  5. Si retrocedes, perdónate y sigue adelante. Todos enfrentamos desafíos. Si tropiezas, levántate y retoma el camino. La persistencia es clave para lograr cambios reales.

La fórmula es simple, pero requiere compromiso. Recuerda que tu desarrollo personal no es una competencia contra otros. Disfruta el proceso, celebra tus logros y, sin duda, nos encontraremos en la cima del éxito el próximo año.