Aprender a dejar ir

El Arte de Soltar

Dos monjes, Tanzan y Ekido, regresaban al monasterio bajo una fuerte lluvia. En su camino, encontraron a una joven dudando cruzar un arroyo desbordado. Tanzan, sin dudarlo, la alzó y la cruzó al otro lado. Aunque Ekido guardó silencio, sus gestos evidenciaban molestia.

Al acercarse al monasterio, Ekido no pudo más: “¿Cómo pudiste, siendo monje, cargar a una joven?”. Tanzan respondió: “Yo la dejé al otro lado del camino, pero tú parece que aún la llevas contigo.”

Esto nos lleva a preguntarnos: ¿cómo liberarnos de las cargas emocionales? En la vida enfrentamos retos y situaciones inesperadas que nos llevan a un mar de pensamientos y emociones. No controlamos todo lo que sucede, pero sí cómo reaccionamos.

Aunque no hay una solución instantánea para superar el dolor, existen métodos que nos guían hacia la paz interior. Así como el sauce resiste las tormentas por su flexibilidad, nosotros debemos aprender a adaptarnos y fluir. El cambio es una manifestación de nuestra voluntad y fortaleza interna.

El trabajo interior es clave. Al ajustar nuestra narrativa mental, podemos mejorar nuestra realidad externa. Dejar ir es ser flexible, es fluir con la vida, es deshacernos de lo que ya no contribuye a nuestro bienestar, permitiéndonos recibir nuevas bendiciones. No es olvidar, es liberar.

Una amiga compartía su dolor al mudarse y dejar atrás objetos que simbolizaban años de esfuerzo. Pero, al final, no son las cosas las que importan, sino el valor y apego que les damos. Las experiencias y personas llegan con un propósito; una vez cumplido, deben ser liberadas para que sigamos adelante.

Existen mitos alrededor del desapego: que es imposible, que genera culpa, que nunca encontraremos algo igual. Sin embargo, soltar es un proceso natural que todos enfrentamos, y la resistencia solo alarga el dolor.

Para aprender a soltar:

  1. Aplica la regla de 3A: Acepta, agradece y abraza la situación.
  2. Sé honesto contigo mismo: Reconoce lo que necesitas liberar.
  3. Reconoce el aprendizaje: Encuentra el regalo en cada experiencia.
  4. Sé proactivo: Continúa construyendo tu vida, usando lo aprendido.

Finalmente, soltar es un acto de amor propio. Es tomar responsabilidad sobre nuestras emociones y bienestar. El desapego nos permite ser más libres, vivir el presente y recibir nuevas bendiciones. Hoy es el momento ideal para soltar y abrirse a un futuro lleno de posibilidades.